Una Revolución Por Minuto es un cortometraje del artista sueco Erik Wernquist sobre un orbitador planetario que visita algunos de los mundos en nuestro sistema solar. El artista, quien tiene un interés de larga data en los viajes espaciales, lo realizó para explorar su fascinación por la gravedad artificial en el espacio.
Un personaje, sin conflictos, con énfasis en la estética y la iluminación, una puesta en escena inusual, sonido acusmático y un tema de ciencia ficción son los principales elementos del cortometraje.
Wernquist eligió unir las diversas tomas mediante la construcción de continuidad a través de una voz grabada fuera de pantalla que da dirección a las secuencias. Esto también encaja bien con la intención de describir un barco de crucero.
La estética juega un papel clave en la película, tanto por su belleza como por presentar visuales sorprendentes, lo que ayuda a enganchar a la audiencia. La introducción de un personaje humano funciona muy bien para aumentar la naturaleza enigmática del corto, al igual que la combinación de tecnología avanzada con muebles antiguos (posiblemente inspirada por 2001 Odisea en el espacio de Arthur Clarke y Stanley Kubrick).
Se emplean muchas tomas largas y tomas extremadamente largas, con solo un par de primeros planos. El ritmo visual es alto, manejado principalmente a través del movimiento dentro del encuadre, cambios en la iluminación, movimientos de cámara y edición.
¿Qué hace que Una Revolución Por Minuto funcione tan bien? Visuales notables, puesta en escena inusual, un guion que trasciende temas contemporáneos y un buen uso de dispositivos narrativos que ayudan a construir la historia y enganchar a los espectadores.