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¿Qué pasa en este país?
https://www.foro3d.com/attachment.ph...1&d=1233749205 este artículo recoge una serie de impresiones personales sobre el mundo laboral del programador en España. Las directivas que en el se recogen no son evidentemente aplicables como norma. La intención del texto es la de denunciar una serie de aspectos a mi juicio profundamente perjudiciales para el sector.
Como se menciona en the mythical man-month: recogiendo patatas el individuo más productivo puede tener una relación de 2, como mucho 3 a 1 contra el menos productivo. En el mundo del desarrollo de software, la relación entre el más productivo y el menos productivo puede ser de 10 e incluso 100 a 1. Sin embargo, el más productivo aceptara trabajar sólo por el triple, esta ventaja que en principio tienen los empresarios pasa totalmente desapercibida en este país. Hay ya unos cuantos programadores que pueden ser productivos. También hay unos pocos programadores brillantes que podrían, en el entorno adecuando, generar verdaderas fortunas. Pero el programador no es una persona respetada en el mundo laboral. Ni siquiera se le respeta en la calle, uno se encuentra programadores cobrando menos que los del servicio de limpieza. No es que estos deban cobrar menos, es que los programadores deberían cobrar más. Además, nos da una idea de cómo valora la empresa el papel del programador. Al fin y al cabo, en la industria del software son los programadores los que crean riqueza de la nada. Es difícil entender como pueden tener una valoración tan baja. También es sorprendente que los propios programadores lo consientan, todos sabemos lo que supone reemplazar a un programador en medio de un proyecto. Puede significar un retraso de 6 meses en el mejor de los casos. El atasco completo del proyecto en el peor de ellos. Pero nadie en la dirección de las empresas se da cuenta. Es más, ni siquiera les importa. En España el 90% de las empresas se dedican a vender humo o a hacer proyectos con la administración cuyo buen fin preocupa a muy pocos. No es de extrañar que de aquí no salga ninguna empresa espectacular como Skype, Keyhole, o no digamos ya, google. Debe existir algún motivo.
Trabajando como programador uno se enfrentará a un montón de iluminados visionarios que, sin tener ningún conocimiento, proponen cada día ideas como ¿y si hacemos un sistema de telefonía por internet? Normalmente estos ataques de creatividad ocurren al día siguiente de que salga por la tele la noticia de que alguien ha hecho lo mismo en alguna parte. A los dos años cuando la idea esté ya implantada podrán decir eso se me ocurrió a mí, pero nadie me apoyó, todo este entorno frena a cualquier programador de provecho de hacer nada útil ni revolucionario. A diferencia que en otros países, las empresas de tecnología no están dirigidas por personal técnico. Están dirigidas por gente de mucho dinero o tipos que ganaron algo de dinero haciendo otra cosa y ahora quieren apuntarse al carro. Nunca saldremos del agujero tecnológico hasta que esto cambie, en mi corta experiencia como programador he ido desarrollando fuertes alergias a prácticas comunes. Como ahora están de moda los estatutos, he decidido empezar a redactar un tutorial de los programadores. Para generar polémica, todo estatus tiene que tener un preámbulo incendiario que reclame derechos de nación o algo similar. Como no está el horno para bollos, hemos de maquillarlo un poco para que no suene muy radical.
El preámbulo propuesto es el siguiente:
«el mundo de la programación es una realidad constitucional».
Dicho esto procedemos con el primer y más importante artículo:
artículo 1: toda persona incapaz de realizarlas tendrá, terminantemente prohibido, tener ideas.
Lleva un poco de reflexión darse cuenta de cuanto beneficio haría una norma como ésta. Primero invito a pensar si podría en algún caso hacer daño a la sociedad. ¿ha habido alguna vez una buena idea tecnológica o científica que surgiera de mano de alguien incapaz de desarrollarla?
Aunque así fuera (que no es), la idea se hubiera echado a perder por la mala gestión de la misma. Resulta impensable que el jefe de la oficina de patentes donde Einstein trabajaba se presentara un día en el trabajo diciendo:
Albert, he pensado que quizás la velocidad de la luz es una constante universal no sujeta a la medición relativa que sufren todas las demás mediciones. Las consecuencias pueden ser muy interesantes, podemos llegar incluso a la energía nuclear. Quiero que dediques todos los días un par de horas a desarrollar esto. Tiene que estar listo en seis meses.
Los hitos del proyecto son:
1905 -relatividad especial (un primer boceto de la idea).
1915 -relatividad general (desarrollo matemático y.
Generalización).
1950 -centrales nucleares.
Es mucho más probable que lo que ocurriera fuera algo como:
Albert, el futuro es desarrollar unas nubes tan densas que la gente pueda volar en ellas y viajar prescindiendo del avión, que es un invento obsoleto. En dos años ya se habrá superado y no podemos quedarnos atrás. Así que deja esos papeles que garabateas todos los días y ponte con esto ya.
las ideas son mucho más que una simple frase. En el mundo de la programación no cuenta sólo la idea, sino la idea de cómo llevar a cabo la idea. A los fundadores de Google no se les ocurrió simplemente hacer un buscador. Eso lo hacía todo el mundo por aquel entonces. Se les ocurrieron ideas para hacer uno mucho mejor que el de los demás. Y eso nunca podría habérsele ocurrido a un tipo que reunió unos millones vendiendo camisetas y ahora quiere revolucionar la informática (porque el lo vale), un día el jefe llega y dice vamos a hacer un programa de Cad que desbanque al AutoCAD. Uno se queda esperando por lo que debería venir a continuación. A ver cuáles son esas ideas para un programa de Cad revolucionario. Pero no las hay, eso ya lo hará el programador que contratemos. Al final, si a caso el jefe nos dirá donde colocar los botones de dibujado para que el programa sea bueno de verdad, este tipo de casos tendrían que conllevar incluso penas de cárcel. Es por ello que el artículo 1 es fundamental. Las prácticas como ésta llevan a un total desperdicio de tiempo, dinero, paciencia y todo tipo de recursos, vamos ahora con el segundo artículo de nuestro estatuto:
artículo 2: el uso del PowerPoint y herramientas similares será perseguido y castigado.
Admito que puede parecer demasiado radical. Cierto es que, a la hora de exponer algo a un público, unas transparencias pueden venir bien. Pero en los últimos años, estas herramientas se han convertido en el único objetivo de trabajo de un montón de desorientados. Es uno de los casos donde el medio acaba convirtiéndose en el propio fin. ¿a cuantas presentaciones vacías de contenido hemos de asistir para darnos cuenta?
Una herramienta que permite a cualquiera hacer una presentación consigue implantar la creencia de que todos tienen algo importante que decir, ahora mismo la relación señal/ruido en cuanto a presentaciones es baja en todas partes. Montones de personas en esta industria llegan cada día al trabajo para abrir inmediatamente el PowerPoint y ponerse a hacer la presentación de mañana. Vendemos humo, pero vendemos humo con colorines, animaciones, gráficas dinámicas y sobre todo, mucha negrita e imágenes del catálogo business, nadie que quiera decir algo necesita esa parafernalia. Siempre se han hecho diapositivas, pero se hacían de otra forma, y no se hacía una presentación cada dos días. Lo que estos programas han creado, es una cultura del PowerPoint. El lector puede estar pensando ahora que el hecho de que un cuchillo pueda usarse para matar, no quiere decir que haya que prohibir los cuchillos. Efectivamente, pero si nos fijamos en el artículo 2, nadie bien de prohibir las herramientas. Se trata de perseguir y castigar su uso. ¿cuántas veces hemos querido decir ese gráfico no dice nada, es más, causa confusión, vas a ir a la cárcel chaval? Que ocurra alguna vez es aceptable, pero no que ocurra todos los días, miles de veces, en todas las empresas al mismo tiempo.
Y finalmente vamos con el tercer y último artículo por ahora:
artículo 3: se prohíbe el desarrollo de ningún programa que no sea susceptible de ser programado por una sola persona.
Esto no quiere decir que no puedan trabajar varios en él. Pero un programa que no pueda ser hecho por un sólo programador esta, sencillamente, mal pensado. ¿Qué pasa con los grandes sistemás complejos? Antiguamente se tendía al desarrollo de grandes programas monolíticos que tenían un montón de funcionalidades. Enormes sistemas de gestión que controlaban hospitales enteros, sistemas operativos que lo controlaban todo con el mismo código.
Ahora, la tendencia en el mundo ha cambiado. Esos grandes sistemas se desglosan en pequeños programas. Los sistemas de gestión se componen ahora de muchos servicios distintos que se interconectan usando múltiples protocolos. Los programás complejos de por si se reducen al mínimo de funcionalidades y se dejan puertas a la integración con otros programas que hacen otras cosas, con esta política de desarrollo, sin duda mejor que la otra, se consiguen programas que hacen unas pocas cosas muy bien. Los programas son más pequeños y por tanto más sostenibles. Incluso los sistemas operativos se dividen ahora en módulos totalmente independientes encargados de tareas específicas. Los clientes prefieren también estas soluciones, porque.
Cuando quieren añadir algo nuevo al sistema no tienen que reemplazarlo todo. Pueden comprar el sistema de visualización de esta empresa, la gestión de bases de datos de esta otra y el interfaz web de la de más, allá, pero aquí los empresarios no parecen haberse dado por enterados. Salvo unas pocas muy buenas, la mayoría de pequeñas empresas que quieren crecer se obsesionan con sacar un programa que lo haga todo. Tiene que servir para hablar por teléfono, para grabar CD, para gestionar los clientes, para mandar un mail, etc. Sólo las grandes compañías parecen adaptarse a este nuevo modelo de desarrollo. Pero es que en España, éstas llevan tiempo haciendo meras tareas de fontanería informática. En las pequeñas que se dedican a nuevos proyectos se cometen muchos errores. Incluso, aunque parezca que los productos que se plantean son muy especializados, al final se le pide al programador que implemente todo tipo de funcionalidades que en ese programa no tienen ningún sentido. El resultado son programas que hacen un montón de cosas, pero ninguna bien, hay unos pocos ejemplos de empresas en España que triunfan con productos específicos y de calidad. No sólo por el personal de calidad, además tienen muy claro el objetivo del desarrollo. Por desgracia empresas así no abundan. Pero con pocas que sean, se demuestra que no es imposible, aquí acaba este primer boceto del estatus del programador. Aunque son sólo tres directivas, son cruciales para arreglar el desastre local que sufrimos. Todo el mundo está invitado a intentar completar la lista de artículos en caso de que me haya olvidado de algún aspecto, ahora llegamos a la pregunta final. ¿Qué hacer? Lo primero abandonar ese tipo de empresas y convertirnos en su competencia. Muchos programadores deciden muy acertadamente ponerse a trabajar por cuenta propia. No todo el mundo se atreve debido a diversas razones. Entre ellas hay dos muy comunes.
La primera es el miedo a perder la tranquilidad de que vas a cobrar a final de mes. Pero esta tranquilidad no es más que una ilusión. Si en un momento dado la empresa deja de funcionar dejaras de cobrar. Y el problema es que no puedes hacer nada al respecto. Es decir, es posible, muy posible, que un grupo de inconscientes estrelle la empresa contigo dentro. Cuando sólo dependes de ti mismo o de otros como tú al mismo nivel, sí se puede hacer algo. Depende sólo de que hagas las cosas bien, la segunda es una extraña concepción de la moral. Hay gente que considera incorrecto o desleal irse de una empresa para ir a hacerle la competencia. Hay que deshacerse de esa barrera imaginaria. La empresa no dudaría ni un segundo en prescindir de tus servicios si ya no te necesita. Tampoco veras un céntimo de la riqueza que hayas podido generar más, allá de tu mísero sueldo. No sólo se debe hacer por uno mismo, los programas merecen ser bien hechos, por desgracia uno no puede decirle a su jefe que va a ser 10 veces más productivo y que quiere cobrar por lo tanto diez veces más. Tomo prestada esta frase de Paul Graham. Entre sus ensayos podemos encontrar un montón de consejos a la hora de lanzar iniciativas de empresa. Al contrario que yo, el es un hombre con experiencia en este campo. Su colección de bombazos empieza en el 95 con un sistema de comercio electrónico que vendió a Yahoo y que le hizo inmensamente rico, obviamente no estamos hablando del típico que hizo dinero vendiendo ADSL y que ahora quiere hacer programas. Estamos hablando de un gran programador, la falta de ambición es otro gran problema local. Nadie piensa ni de lejos que puede llegar a hacerse inmensamente rico con un producto. Algunos lo dicen, pero ni ellos ni los que les rodean creen realmente en ello. La gente aspira a ganar un poco de dinero para comprar un BMW y poder presumir en el barrio como hombre de negocios, como advertencia a todo aquél que vaya a salir al mundo laboral de la programación como asalariado, aquí viene lo que encontrara:
salarios bajos. Dependiendo de la región, el sueldo de principiante va desde los 15000 a los 24000 euros al año. Teniendo ya cierta experiencia se puede llegar con suerte a los 30000. A modo de comparación, en Inglaterra, un sueldo de programador raso es de 50000 libras. Unos 80000 euros. Al igual más o menos que el resto de Europa. No mencionamos ya los sueldos de Estados Unidos por no deprimir al lector. La excusa del precio de la vida ya no es valida. Aunque un DVD cueste más que aquí, en Alemania se puede alquilar un piso por 300 euros.
régimen de desprecio. Generalmente se apila a los programadores en algún cuarto apartado. Si viene alguien importante, o simplemente, el gerente de otra empresa, en caso de que los llegue a ver será a modo de y estos son los programadores. Igual que si se tratara de una jaula de monos. Muchas veces he querido colocar un cartel de no den de comer a los programadores. Este trato se debe a muchos motivos. Pero de todos ellos, el más sangrante es el miedo. El miedo a que alguien de fuera acabe haciendo una oferta a alguno de los programadores para que se vaya con él.
total anonimato. No tienes derecho a ningún reconocimiento externo por tu trabajo. El producto es de la empresa. Mejor dicho, del presidente de la empresa. Nadie vendrá a felicitarte por lo que has hecho y mucho menos veras un céntimo de los beneficios. En este país hay empresarios que serían capaces de poner a Miguel Ángel a esculpir, hacer millones con sus esculturas y pagarle una miseria de sueldo. Porque al fin y al cabo, el mármol que usa es mío. ¿te gustan las esculturas que hace mi empresa?
si no nos queda otro remedio que trabajar para una de estas empresas porque haya que pagar una hipoteca o cualquier cosa, mi consejo es el siguiente: jamás regalar ni una sola idea a la empresa. Si se te ocurre cualquier forma de hacer mejor las cosas, lo haces en casa. Lo desarrollas por tu cuenta y ya lo venderás, lo darás como código libre o lo que apetezca. Ya que nos tratan como a ganado, actuemos como ganado. No hacer nada que no se ordene explícita y detalladamente, no ha sido mi intención mostrar al programador como un individuo extremadamente valioso ni superior al resto de los mortales. El énfasis no se debe a una especial estima por la profesión sino al profundo agujero en el que se haya hundida. Pero existe el riesgo de que como pasó con otros colectivos marginados, se produzca un efecto rebote hacia la sobrevaloración. Convendría no esperar a que la herida fuera demasiado profunda o que todos hayan emigrado hacia otros países. Este mal no es además exclusivo de la industria del software. Todos conocemos el fenómeno de la fuga de cerebros que sufren todas las disciplinas intelectuales en España. Este caso es sólo uno más de la lista.
referencias.
o ensayos de Paul Graham:
http://www.paulgraham.com/articles.html.
o sobre PowerPoint: http://www.norvig.com/gettysburg/
http://www.unc.edu/~healdric/PowerPoint.html.