Laughing Dragon cierra tras 23 años en Montreal

El ocaso de un gigante de la animación en Montreal
Laughing Dragon Studios, referente de la animación 2D durante más de dos décadas, ha cesado sus operaciones en la ciudad canadiense. Fundado en 2001, este estudio participó en producciones emblemáticas como Central Park para Apple TV+ y Disenchanted para Disney, consolidándose como uno de los pilares creativos de Quebec. Su clausura refleja los cambios estructurales que afectan a la industria audiovisual en la región.
Factores detrás del cierre definitivo
Ryan Sohmer, cofundador y director ejecutivo, atribuyó la decisión a modificaciones en las políticas públicas de Quebec. La reforma al sistema de créditos fiscales, que privilegió el cine de acción real sobre la animación, eliminó el sustento económico que permitía operar al estudio. Esta situación se enmarca en un contexto crítico para el sector, donde más del 50% de los empleos especializados desaparecieron entre 2022 y 2024.
"Nuestro equipo construyó historias que trascendieron fronteras, pero incluso la pasión no puede compensar la falta de apoyo institucional"
Consecuencias para el ecosistema creativo
El estudio no fue el único afectado por esta transformación. Otras compañías como On Animation y Mikros Animation también cerraron, generando un efecto dominó que impactó a cientos de profesionales. Aunque Laughing Dragon intentó adaptarse -reduciendo y luego recuperando parte de su plantilla-, los esfuerzos resultaron insuficientes ante las nuevas condiciones del mercado.
- Pérdida de talento: Más de 100 especialistas quedaron sin empleo
- Cambio de paradigma: Las políticas públicas abandonaron el apoyo a la animación tradicional
- Efecto regional: Quebec perdió su posición como hub de animación 2D

Legado y transformación del sector
Mientras los estudios tradicionales desaparecen, nuevas tecnologías como la inteligencia artificial están redefiniendo los procesos creativos. Herramientas que automatizan tareas repetitivas permiten producir con equipos reducidos, aunque esto plantea interrogantes sobre la preservación del arte manual que caracterizó a estudios como Laughing Dragon.
- 23 años de producción ininterrumpida
- Participación en 15 series animadas internacionales
- Formación de generaciones de animadores
- Transición incompleta hacia nuevos modelos productivos
El cierre de Laughing Dragon marca el final de una era, pero también el inicio de una reflexión profunda sobre el valor de la animación como disciplina artística. En un mundo donde lo digital y lo automatizado ganan terreno, el legado de este estudio permanece en las obras que creó y en los profesionales que formó.