Últimamente veo aflorar algunos mensajes en el foro sobre gente desanimada debido a que su trabajo no es remunerado debidamente, o el trato recibido es poco humano. Estos mensajes, tampoco es que sean nuevos, recuerdo otros del estilo a cerca de algunas empresas que tuvieron unos meses trabajando a un equipo de personas y se les pagó igual, y en más de una ocasión haber leído el nombre de la empresa en cuestión (lo cual es sorprendente, y aplaudo, a pesar de tener unas leyes que presupuestontamente nos dicen que no puedes difamar a nadie, aunque difamar, lo que es difamar, implica contar mentiras sobre alguien, o que un ciudadano sólo puede contarle a su cónyuge y abogado acerca de quién le debe dinero, telita con la ley de los cojones).
En mi caso, alguna me ha pasado, cómo no, pero lo que quisiera debatir es algo muy simple: Algo estamos haciendo mal. Y no va por mí, o por compañeros que se quejan como un simple trabajador autónomo/freelance. Hasta compañías enteras cometen errores de este tipo. Ha pasado siempre, y continuará pasando. Y puedes haber hecho un juego redondo, que como recompensa te chapan el estudio, así de duro.
Personalmente, me sorprendería qué alguien arrojara algo de luz o esperanza en el hilo, partiendo de la base de que somos lo que somos, yo incluido (supongo), un hatajo de tíos. Como veis tampoco me pienso cortar, nunca fue mi estilo, así que, si necesitáis moderar, adelante con ello.
Hay gente en este país (y probablemente fuera también y mucha), que no le falta cara para pedir a alguien que haga un trabajo sin intención ninguna de pagarlo, valorarlo, o ni tan siquiera respetarlo. Y cuidado, que nosotros sólo perdemos tiempo, conozco de quien tenía una carpintería, se equivocó de cliente y tras montar 10 cocinas en un bloque de pisos con 12000 pavos en material de su bolsillo, le llegó antes echar el cierre que la promesa del ya te pagaré.
Si creéis que por hacer un buen trabajo lo valorarán, generalmente estáis equivocados. Sólo quienes hayan trabajado en esto sabrán hacerlo. Si nos hubieran dado un euro por cada vez que hemos oído que tanto nivel/detalle no hacía falta, probablemente no tendríamos motivo para quejarnos. Eso sí, un trabajo demasiado bueno para pagarlo según entregues. Ya puedes haber llegado mucho más allá de lo que necesitabas, y terminado a tiempo, y dormido una, sí, pero, ¿dónde está la gracia si no persigues el pago? Y así cuando por fin cae hay que darle gracias a la virgen. Y si no, como nos sobra tanto tiempo -total, esto se hace con el ordenador ese, pues siempre está la opción de ir de juicio en juicio, a un ratio de 2 a 1 entre proyecto y te pagaré cuando pueda.
Pues será que me estoy haciendo mayor, pero esa se acabó. Últimamente estoy de un irreverente que quita el hipo. ¿Cómo? ¿Qué sólo me puedes pagar 100 euros menos? No pasa nada, háztelo tú, ponte a ello si quieres cumplir el plazo. ¿Qué no tienes la pasta el día de entrega, como acordamos? Pues no te lo doy, y encima culpa mía por no haberlo visto venir, así es.
Y así, al final, de unas y otras, acabas mirando la cara del tío que te pide tus servicios, y automáticamente lo acabas catalogando como Hijoputa caradura o cómo buena gente. ¿Y en qué se nota? Es una buena pregunta, un punto sin duda, debatible, ahí van mis puntos, decidme si estáis de acuerdo:
Un hijoputa sonríe. Sonríe sin parar, como si llevara al puto Joker dentro. Un jodido Hakunamatata perpetuo.
Un hijoputa no tiene problemas con el pago, el dinero llegará. Se curra a cambio de dinero, no de promesas y castillos en el aire.
Un hijoputa no se preocupa de contestarte un mail a tiempo, y si lo hace, te responde a la pregunta de la manera más concisa y breve posible.
Un hijoputa te descuelga el teléfono cuando puede (o no se siente molestado, más bien).
Un hijoputa tiene un perfil en Internet bastante perfecto, casi concienzudo de ciudadano ejemplar.
Un hijoputa no se basta con decidir cuál es el trabajo y cuándo debe estar hecho. También quiere poner el precio y el momento de pago.
Un consejo, el precio no se negocia, se acepta o no se acepta, pero no se negocia y el momento del pago tampoco.
Cuando uno lo piensa fríamente, se dice, ¿de verdad no puedo decir que soy una persona detrás de un teclado echando más horas de las que debería? ¿De verdad no puedo decir que la mitad de esas horas no me duelen porque esto es una pasión para mí? ¿de verdad no puedo ser sincero con lo que hay? Pues No. No puedes, ni mucho menos, debes.
Aquí un negocio, a día de hoy se trata de que uno pierda, y el otro gane. Sé que la idea original es que, ambos ganen, pero ese idealismo no funciona, es como el de que la ley es igual para todos, o que todo el mundo tiene derecho a una vivienda digna.
¿Queréis negociar correctamente? Pues contrato con todas vuestras condiciones y firma del contratante. Y si no les gustan, que sigan buscando, como en los bollycaos de hace unos años. No se puede ser humilde, esa se acabó. Tenéis que dar miedo, y el que firme ha de saber que deberá pagar el trabajo. ¿Tenéis que pedirle a vuestro tío el Mercedes? Pedírselo. Y vuestra pareja coger el teléfono y pasároslo a vuestra oficina, pues hacedlo, al más puro estilo Better Call Saul, ¿Tenéis que hablar de vosotros mismos en plural? Adelante, ¿Tenéis que peinaros para atrás e ir con traje? Hacedlo.
¿Sois afables y os gusta tener una relación cordial? Pues no sonriáis en ningún momento de la negociación. Si queréis un amigo, compraros un perro. Si os molesta tanta distancia entre vosotros y vuestro cliente, tranquilos, si pide más trabajos, ya tendréis tiempo de abriros un poco más, sí, pero sólo si el cliente lo hace primero (y mucho cuidado con los colegueos, los amiguitos y las bromitas que no ha lugar). Si queréis ser respetados, imagen, imagen y más imagen.
Es ridículo hasta rozar el absurdo, pero si no os respetan os acabarán arrancando la piel, las ganas y la ilusión a tiras. Debéis dar la impresión de que, si no paga te lo llevas a juicio y te lo comes vivo. Sin dilaciones ni hostias. Y si lo reconocéis como descarado, subid el precio una barbaridad o alegad que la cantidad de proyectos que tenéis por hacer no os deja tiempo suficiente para llevar a cabo lo que os piden. No se trata de ser ningún chulo, pero sí de ir fuerte y serio, al fin y al cabo, tu tiempo no es ninguna broma.
Jamás mostréis vuestra pasión por lo que hacéis, es más, mostraros hastiados, lo contrario, es decir: Me gusta tanto hacer esto que te lo haría gratis, y ese mensaje no se le escapa a un tío que vive bastante bien exprimiendo a los demás y dejándolos en una cuneta, sobre un charco de sangre, babas, mocos y lágrimas.
Personalmente, cada vez tengo menos ganas de mirar a un cliente a la cara. Cada vez considero más vender modelos en alguna página a dios sabe quién, o buscar un método para qué un trabajo tenga varios compradores y no uno único, porque a pesar de saber todo lo que he escrito, no quiero comportarme como debería en esta sociedad donde el dinero hace mucho que dejó de valer el esfuerzo que dice representar.
Sin duda, lo más difícil es no perder las ganas ni la pasión. Pero esto es España en tiempos de crisis, donde solo los que están dispuestos a pisar a los demás prosperan, lejos del ideal de: Si quieres dinero, tienes que trabajar. Para nada. Quien de verdad tiene pasta, no la suele ganar trabajando, y respecto a eso de que no hay trabajo, no, trabajo hay a capazos. Lo que no hay es dinero para pagarlo.
Siento que me queda mucho por vomitar, pero ya va un buen ladrillo y como first strike es más que suficiente. Os toca, si os apetece.