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Impresora 3D que permite trabajar materiales como el cobre o el tungsteno
Investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore y varias universidades han logrado un avance importante en la impresión 3D de metales. Han desarrollado una técnica que mejora la capacidad de los polvos metálicos para absorber la energía del láser durante el proceso de impresión. Esto es clave porque algunos metales, como el cobre, suelen reflejar mucha energía, lo que hace que la impresión sea menos eficiente y que se consuma más energía.
El nuevo método se llama grabado químico en húmedo. Consiste en sumergir los polvos metálicos en una solución especial que les da una textura a nivel nanométrico. Esta textura mejora la capacidad del material para absorber la luz del láser. Gracias a esta técnica, se ha logrado aumentar la absorción de energía en hasta un 70%, lo que hace que el proceso sea mucho más eficiente.
La ventaja de esto es que ahora se puede trabajar con materiales difíciles, como el cobre o el tungsteno, utilizando menos energía, pero sin perder sus propiedades importantes como la alta conductividad térmica y eléctrica. Esto permite producir piezas de alta calidad y con una mayor precisión, lo que puede reducir los costos de producción y el impacto ambiental, ya que se necesita menos energía para imprimir las piezas.
Además, este avance hace que la impresión 3D de metales sea más accesible para diferentes industrias, ya que no se necesitan máquinas personalizadas ni procesos tan costosos. Por ejemplo, las industrias que fabrican intercambiadores de calor o tecnologías de energía limpia podrían beneficiarse mucho de este avance.
En resumen, con este nuevo método, la impresión 3D de metales se vuelve más eficiente, más accesible y más sostenible, abriendo nuevas posibilidades para fabricar piezas de alto rendimiento con materiales complejos.
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