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Memorias de un caracol con animación stop-motion
Memorias de un caracol es la primera película animada en ganar el premio a Mejor Película en el BFI London Film Festival el mes pasado, ya está disponible de forma gratuita para trabajadores de la industria y estudiantes de todo el mundo en la plataforma de streaming The Animation Showcase. El último largometraje de stop-motion del director ganador del Oscar, Adam Elliot, también se llevó el Cristal a la Mejor Película de Animación en el Festival de Animación de Annecy este pasado junio, convirtiéndose en el primer director en ganar este premio en dos ocasiones.
La película cuenta la historia de Grace Pudel (Sarah Snook), una persona solitaria y diferente, que colecciona caracoles ornamentales. Después de separarse de su hermano gemelo Gilbert, Grace enfrenta una serie de infortunios, pero encuentra inspiración y esperanza cuando comienza una amistad con una excéntrica mujer mayor llamada Pinky.
IFC Films, el distribuidor de la película, estrenó Memoir of a Snail en cines de Estados Unidos, y se espera que la película se estrene en otros países en los próximos meses.
La plataforma de streaming The Animation Showcase es un espacio exclusivo para la industria cinematográfica que selecciona los mejores cortometrajes y largometrajes animados de cineastas de todo el mundo. Actualmente, también está transmitiendo la galardonada película animada Chicken for Linda de Chiara Malta y Sébastien Laudenbach, y previamente presentó el documental animado Flee, nominado a tres premios Oscar, y la película de stop-motion Marcel The Shell With Shoes On, nominada al Oscar por A24.
La plataforma es accesible a través de cualquier navegador y también en su nueva aplicación Home Cinema Native, disponible en dispositivos Apple TV, Roku y Fire Stick de Amazon. Los miembros de la industria y estudiantes pueden unirse fácilmente a la plataforma siguiendo el portal y proporcionando prueba válida de su trabajo.
Stop motion en la era digital
Adam Elliot ha demostrado con Memorias de un caracol que la animación stop motion sigue vigente como forma de expresión artística. Durante el confinamiento por COVID-19, el cineasta australiano dedicó meses a diseñar manualmente los más de 200 personajes y 7,000 accesorios que componen este mundo animado. Su enfoque mantiene la esencia artesanal, donde cada objeto físico puede ser sostenido en la mano, contrastando con la tendencia actual hacia lo digital.
Tecnología al servicio de lo tangible
Aunque se utilizan herramientas digitales como Dragonframe para la animación, Elliot impone limitaciones creativas a su equipo. Prefiere que los animadores trabajen desde la intuición antes que depender de las capacidades del software. Los avances técnicos se emplean principalmente para tareas de limpieza, como eliminar soportes metálicos o componer efectos especiales filmados por separado. El fuego, por ejemplo, se crea con celofán amarillo filmado sobre vidrio, no mediante simulaciones digitales.
Limitaciones que inspiran creatividad
Las restricciones presupuestarias y técnicas llevaron a soluciones ingeniosas. Los personajes, esculpidos en Apoxie Sculpt, mantienen una rigidez que define su movimiento. Para las escenas de caminata, el equipo usó soportes de microscopio que simulaban el movimiento de piernas. Esta economía de recursos se tradujo en un estilo visual distintivo, donde las imperfecciones y texturas manuales se convierten en virtudes estéticas.
El proceso colaborativo
La animación se desarrolló mediante un lenguaje visual compartido:
- Los animadores coordinaban movimientos con las voces en off
- Cada personaje desarrolló gestos característicos
- Los efectos especiales se filmaban en sesiones paralelas
- Todo el equipo contribuía a crear elementos visuales adicionales
La paradoja digital
Elliot reflexiona sobre cómo las herramientas que se creía extinguirían el stop motion terminaron revitalizándolo. Aunque se usan programas como Nuke para composición, el 95% de lo que aparece en pantalla existe físicamente. Esta filosofía de producción valora lo tangible mientras aprovecha lo digital de manera estratégica, demostrando que ambas aproximaciones pueden coexistir en armonía creativa.
El legado de lo imperfecto
En una industria dominada por la perfección digital, Memoir of a Snail celebra las huellas del proceso manual. Las texturas de la arcilla, los trazos visibles del pincel y los pequeños accidentes durante la animación se convierten en parte fundamental de su identidad visual. Como señala Elliot, lo importante no es ocultar el proceso, sino hacerlo parte de la narración. Este enfoque ofrece una alternativa genuina a la animación generada por computadora.
