Me identifico totalmente con esa frase, el día que no me funcionen las neuronas para seguir aprendiendo, que me desconecten.Cita:
Aprendiz crónico de todo, maestro de nada, pero con visión amplia de las cosas.
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Me identifico totalmente con esa frase, el día que no me funcionen las neuronas para seguir aprendiendo, que me desconecten.Cita:
Aprendiz crónico de todo, maestro de nada, pero con visión amplia de las cosas.
Tenía seis años y mi padre, carpintero él, reparaba guitarras entre otras cosas. Me hizo la primer guitarra también. Tengo un recuerdo muy vago de ver en el patio de la carpintería, una guitarra encolada secándose al sol con una morza en el mango.
Se estaba pegando la tapatrástera al mango.
Y miraba la cantidad de cuadrados negros que tenía y pensaba.dios mío, quien será capaz de acordarse para qué sirve cada cuadrante.
La música siempre me llamó y en la escuela tocaba muy bien la flauta dulce, pero estaba lejos de la guitarra aún.
La veía imposible. Con 12 años tocaba encima de las canciones con la raqueta de tenis. Ahí comprendí que algo me pasaba. Era como querer salir del armario, pero no terminaba de darme cuenta.
Un día, com 16 años un amigo encontró una revista que tenía canciones con acordes y había descubierto que eran cuerdas y que los puntos negros eran los dedos.
Así pues comencé a tocar cuanta canción de revista caía en mis manos. En aquella época (1987), nada de internesess, todo era libro en la tienda de música.
A los 18 me hice mayor y mientras la sacudía comprendí que las revistas no tenían más para mí. Pensaba, debe haber algo más aquí.
Hasta que no agudicé el oído, y no saqué las canciones por mi cuenta, creía que los artistas les pasaban los acordes a los editores para que publicaran las canciones.
Comencé así a estudiar con el que sería el úncico profesor que tendría.
Jorge armani de armani trío (suele venir a España a tocar). Uno de los mejores jaseros de mundo, ha tocado con mucha gente conocida a nivel mundial. Pero como el no soy yo, tendría que estudiar duro, asíque me puse manos a la obra.
Estudiamos dos años y luego me embarqué por mi cuenta. Libros, cintas, más tarde internet, formé varias agrupaciones, pero nunca he grabado disco alguno, solo alguna maketa.
Luego vino la facultad y la novia, luego en un tira & afloje fui dejando la banda, luego terminé la Facu, me casé, me vine a España y tuve hijos.
Pero entre el 2001 y 2004, me atiborré de programas y ordenadores y era estar todo el día haciendo música, hoy me ha quedado un legado bastante amplio de canciones e intentos de canciones, pero nada tan bueno como el próximo tema, que no será mejor que el siguiente, y así la vida, asíque hoy estamos aquí en musical concept.
Quien dice que algún día vuelva a tocar en directo, ya me gustaría.
Seguimos conectados.
Provengo de una familia sin tradición musical en absoluto. La única relación con la música proviene de mi padre que era hippie al final de los 60s. El llevaba a casa los antiguos viniles de Pink Floyd, the allman brothers, grand funque railroad, Jethro Tull y sobre todo de Sabbath, uriah hep, Purple, etc. A mí me parecía una cacofonía de lo más horrible, pero me encantaban las portadas (ahí empezó mi afición por lo gfráfico), ¿cómo olvidar la portada del primer disco de Sabbath. Y a lo largo de los años sin darme cuenta esa música quedó impregnada en mí totalmente.
Al pasar el tiempo comencé a hacerme de mi propia colección de discos, el primero que compré fue el stormbringer del Purple y el Iron fist de motorhead. Eso fue a los diez años y a esa edad me iba yo con mi primo de ocho a las ¨toicadas¨de rock dondequiera que las había. A veces ni nos dejaban entrar.
Cuando tenía trece a mi padre lo liquidaron de un buró de abogados en el que trabajaba y con el dinero me compró mi primer ¨hacha¨, una ibanez negra de las standard, pero con eso me convertí en el tipo más feliz del universo.
Ya antes quise ser futbolista, lo cuál era mi pasión. Pero al ver que mi hermano mayor llevaba serenata a la chicas y tener éxito, le pedí que me enseñara unos acordes. Así que me llevaba la guitarra acústica a todas partes. En la escuela hacía llorar a las niñas con mi arte, tal vez por lo feo que lo hacía, pero me fui puliendo y al cabo de un tiempo ya tenía un repertorio notable de boleros, baladas y rancheras, pero lo mío era el rock. Así que con mi guitarra toda rota me autoempleaba como músico callejero, sobre todo en los autobuses. Las jornadas eran largas y al final, sólo sacaba para una soda y la comida.
Ya con mi¨hacha¨un tío del barrio me invita a formar parte de su banda (era mi sueño hecho realidad), la cual tocaba punk subversivo en los 80s. Llegué a desbancar al guitarrista que se pasó a la batería, nos llamábamos devastador social y luego depresión y el nuestro era un estilo entre los sex piestols y the exploited. Luego vino el boom del thrash metal, el black y el death. Me dejé la ¨mata¨muy larga, hasta la cintura y ya para entonces había adquirido una Fender heartfield talón i con Floyd rose y bobinas dimarzio, así como mi ampli de 80 watts crate.
Para entonces había ingresado yo al instituto nacional de bellas artes a estudiar el bachillerato musical en la especialidad de guitarra clásica, el cual concluí sin pena ni gloria. Después de eso me matriculé en la escuela superior de estudios musicales, la cual no terminé a falta de recursos económicos tras lo cual, terminé estudiando diseño gráfico:
Giré en bandas locales como los gachos y el rebeld con el cual grabé una producción totalmente profesional, pero mal pagada. También me he alquilado en grupos para fiestas como bodas y bautizos tocndo cumbias y todo eso.
Mi último proyecto se llamó precisamente monolith, el cuál era un death metal ultra rápido cañero-machacante-panteonero-melódico- Del cual me corrieron según esto porque mi reciente paternidad atentaba contra las normas de la banda. Pero aquí sigo yo por mi cuenta y tratando de hacer cosas en el PC.
Pues bebe más, ¿no?Cita:
(Tengo otras cosas a cambio, cómo saber beber cerveza por la nariz, pero no me llena).
En fin. A los tres años me ponía a dirigir el himo de España cuando sonaba en la carta de ajuste de la tele, cantando a pleno pulmón chunnda chunnnda. Mis padres siempre han tenido la espina de la música, así que, a los 5 me apuntaron a solfeo, arruinando de esta forma tan simple mi infancia y parte de juventud, cuando el resto de niños iban a jugar a fútbol o a cualquier otra cosa (o simplemente descansar) a la hora de la comida o por las tardes, el pequeño miliet tenía que hacer malabares para ir a clase de piano, comer, hacer los deberes, ir casi cada tarde a Castellón a que el profesor de trompeta le hiciera llorar por no haber podido estudiar la lección, sentirse un completo estúpido, solitario y deprimido niño, levantarse a las siete de la mañana cada sábado (acostándose más, allá de las 12 de la noche del viernes por el ensayo de la banda del pueblo) para ir a otras clases de solfeo y coral y, en definitiva, convertirme en un ser asocial y tirando a autista (con un oído estupendo, eso sí).
Mediocre tanto en piano (terminé dejándolo hacía segundo de BUP) como en trompeta (del que terminé el grado medio en segundo de Carrera, fue un horror cómo la ortodoncia en séptimo de EGB convirtió en una tortura real algo que hasta entonces sólo era una asquerosa obligación psicológica), con algunos arranques compositivos (generalmente cuando estaba deprimido, lo que suele ser la mayor parte del tiempo, así que, tengo muchas cosas, todas mediocres).
Al final, muy, muy, al final de mi vida musical (prácticamente en segundo de Carrera, casi al acabar), fue cuando empecé a cogerle el gusto al tema (siempre aparte de esos pequeños momentos que sólo la música es capaz de regalarte: desahogarte llorando al suave blues del piano, hacer un solo de trompeta que salga perfecto, que algún colgado te diga que molas, y eso que sabe beber cerveza por la nariz).
Justo en ese punto es cuando menos tiempo le he podido dedicar a la música, con la consiguiente pérdida de técnica en todos los aspectos life often sucks.
A veces fantaseo con una estupenda mujer sentada a mi lado en la banqueta del piano, enseñandole alguna canción, deleitándola con algún trocito clásico o quizá propio, o tocando a medias el tema de big.
Mars, aunque tú historia es patética, conozco a muchos que han sufrido la música por imposición. Ninguno a llegado a nada dentro de la música.
Por eso cuando mi hija era le enseñé un juego, le regalé un afinador, y el juego consitía en dejar la aguja en el centro, algo que ni yo conseguía cantando por la vibración de las cuerdas vocales, pero ella al ser tan y tener una voz muy aguda lo conseguía, hoy día tiene un oído impecable.
Estuvo dos años en el conservatorio, hasta que dio con una profesora frustrada, y la desmotivó, automáticamente la quité del conservatorio, ahora tiene 12 años, y ya le está picando el gusanillo otra vez.
Me estoy aprendiendo todas las canciones de rebelde, porque me encanta tocar el piano y que ella cante las canciones que le gustan.
Cuánta razón tienes Jam no hay que apretar mucho las tuercas, yo a mis hijos les motivo, pero no les obligo, prefiero que se den cuenta por ellos mismos a su debido tiempo, que valen para ello y que sienten la necesidad.
Por ahora es pronto, pero están recibiendo clases de dibujo y pintura, cosa que yo no recibi.
Y los dos prometen bastante, pero si deciden que no quieren seguir no les obligare.
Sobre la música les dejo que vean lo que hace su papi, a ver si les va picando el gusanillo también.
Venga un saludo.
Hoy me he gastado 40 jiuros en el pryca, en tres libros de cómo dibujar manga. Es que algunos no tenemos remedio.
Ya hacía tiempo que no entraba por aquí, y me encuentro con esta grata sorpresa: mis dos grandes aficiones, música y 3d unidas en el mismo foro, pues esta es mi historia:
En mi familia hay una gran tradición musical: mi madre toca la guitarra, al igual que mi padre que también toca el piano y el acordeón. Mi hermana la gaita y un poco el piano. Y mi abuelo tocaba la guitarra y la armónica. Y en general, casi toda la familia canta (y algunos hasta lo hacen bien).
Empecé en la música de forma activa a los 4 años recién cumplidos, en una clase particular de piano, tuve la enorme suerte de encontrarme con una profesora magnífica, no solo como persona, sino como músico y maestra. Consiguió inculcarme el amor a la música de una forma amena y divertida mediante juegos.
Más tarde, mis padres me apuntaron en el conservatorio a la edad mínima permitida para entrar (creo que era a los, y empezó así mi Carrera oficial dentro del mundo de la música. Carrera que llegó a buen fin después de 10 años, ya que hoy soy profesor superior de piano y ejerzo como tal en el conservatorio de música profesional de Vigo.
También toco un poco la guitarra española y acústica (a ver si me ánimo algún día con la eléctrica) aunque hace tiempo que no practico la verdad (tengo poco tiempo libre), y hago mis pinitos con la gaita gallega de mi hermana (cuando me deja, y no demasiado bien la verdad).
Ahora me estoy iniciando en el mundo del jazz, bueno, en realidad siempre me ha encantado este tipo de música, y he escuchado y escucho multitud de discos, y por supuesto he hecho mis tonterías al piano (sobre todo blues y rock), pero ahora voy un poco más en serio, conociendo su armonía y su historia, porque una de las cosas más relajantes y placenteras que he encontrado, es ponerme a improvisar en el piano un blues, un swing, un rock o lo que sea, e ir pensando como seguir desarrollando ese motivo musical que estoy tocando y como enlazarlo con el siguiente, dejándome sorprender a mí mismo, y disfrutando como un oyente más, como si la música tuviera vida propia. Y todo esto en tiempo real, para mí es como una droga, si paso un día sin tocar (aunque sea unos minutos) siento que me falta algo. Pero la verdad, espero no desengancharme nunca de la música.Siempre he dicho que conseguí acabar la Carrera (es un decir, ya que en la música se empieza, pero nunca se acaba) gracias a que mi profesora de clase particular de cuando era un enano (y que posteriormente por una hola del destino, fue mi profesora durante los últimos cursos del grado medio y los del grado superior, en el conservatorio) me enseñó lo que significaba la música, y no me refiero a la definición académica ni a debates filosóficos chorras sobre la esencia musical, sino que me mostró las posibilidades de la música, consiguió que disfrutara tocando el piano o escuchando una obra musical, sin que se interpusieran los conceptos teóricos o las dificultades técnicas própios del instrumento y de la música en general, que, aunque necesarios los primeros, e inevitables las segundas, nunca deben interferir en la creación, interpretación o disfrute musical, ya que ante todo, la música es para disfrutarla.Cita:
En fin. A los tres años me ponía a dirigir el himo de España cuando sonaba en la carta de ajuste de la tele, cantando a pleno pulmón chunnda chunnnda. Mis padres siempre han tenido la espina de la música, así que, a los 5 me apuntaron a solfeo, arruinando de esta forma tan simple mi infancia y parte de juventud, cuando el resto de niños iban a jugar a fútbol o a cualquier otra cosa (o simplemente descansar) a la hora de la comida o por las tardes, el pequeño miliet tenía que hacer malabares para ir a clase de piano, comer, hacer los deberes, ir casi cada tarde a Castellón a que el profesor de trompeta le hiciera llorar por no haber podido estudiar la lección, sentirse un completo estúpido, solitario y deprimido niño, levantarse a las siete de la mañana cada sábado (acostándose más, allá de las 12 de la noche del viernes por el ensayo de la banda del pueblo) para ir a otras clases de solfeo y coral y, en definitiva, convertirme en un ser asocial y tirando a autista (con un oído estupendo, eso sí), mediocre tanto en piano (terminé dejándolo hacía segundo de BUP) como en trompeta (del que terminé el grado medio en segundo de Carrera, fue un horror cómo la ortodoncia en séptimo de EGB convirtió en una tortura real algo que hasta entonces sólo era una asquerosa obligación psicológica), con algunos arranques compositivos (generalmente cuando estaba deprimido, lo que suele ser la mayor parte del tiempo, así que, tengo muchas cosas, todas mediocres).
Al final, muy, muy, al final de mi vida musical (prácticamente en segundo de Carrera, casi al acabar), fue cuando empecé a cogerle el gusto al tema (siempre aparte de esos pequeños momentos que sólo la música es capaz de regalarte: desahogarte llorando al suave blues del piano, hacer un solo de trompeta que salga perfecto, que algún colgado te diga que molas, y eso que sabe beber cerveza por la nariz).
Y es por eso que conseguí sobrevivir al horrible y pedante libro de teoría musical que había cuando yo estudié (en el plan 66), y a algunas asignaturas aburridas e inservibles dada la forma de explicarlas de algunos profesores. Conseguí superar todo esto, porque sabía que la música es algo más que teoría y técnica, y eso me hacía continuar.
Pero he visto muchos casos de compañeros cuando era estudiante, y muchos más de alumnos ahora como profesor, que como en el caso de Mars, se quedan por el camino. Esto por sí solo no significa nada, es normal que no todos los que empiezan acaben con el título bajo el brazo, la vida da muchas vueltas y es una Carrera muy larga, lo que no me parece normal y me entristece enormemente, es que en muchos de estos casos, ni siquiera han disfrutado de los años que han estado. Ves cómo poco a poco, van perdiendo la ilusión (poca o mucha) que traían al empezar, y la estancia en el conservatorio se humilde en un suplicio insoportable, en una imposición de sus padres, que en la mayoría de los casos no entienden que no todo el mundo quiere dedicarse a la música, y que un conservatorio no es el único medio para ser músico (y en muchos casos, ni siquiera es el mejor).
Y la respuesta de estos padres cuando les dices que su hijo no está a gusto estudiando música y que suspende no porque no pueda aprobar, sino porque no quiere intentarlo, casi siempre es la misma:
Pero si a mi hijo le encanta la música, y te quedas con una cara como diciendo: a ver por dónde empiezo a explicarles de que va la película.
Toma que he soltado, no os preocupéis, ya me callo.
Solo deciros que me parece genial la idea de hacer esta sección, y espero que siga creciendo y que la gente se anime a contribuir. Yo por mi parte, hace unos días (por papa Noel) he encargado un par de micros y una mesa de mezclas pequeña y me llegaran a mediados de enero. Cuando los tenga, os prometo subir alguna prueba en la sección musical concept, para que despotriqueis.
Venga un saludo. Un saludo amigos.
Vaya, Biofix, que nivel, me alegro un montón. Venga tío, a aplicar la teoría.
Hola Biofix, sorpresa la mía y agradable, y por que no decirlo que envidia tío. Ya me gustaría a mí saber algo de esa teoría o cualquier cosa, aunque mínima.
Para mí la música ante todo siempre ha sido una diversión, y cuando lo deje es porque entro un personaje en el grupo y aquello dejo de ser divertido, su carácter era superior a todo y había que tocar sus aburridos temas por cojines.
Pequeñito ya era, pero se creía el super, así que, decidí que yo me divertía más en mi casa y así lo hice.
Por lo que puedo decir que nunca he dejado de divertirme, la música es mi instrumento para descansar del 3d cuando lo necesito y una forma de decirme a mí mismo que la vida es bella.
Ale ahí queda eso.
Además, tienes una cita de Silvio. La virgen.
Tengo que añadir que mi problema nunca ha sido la complicación teórica de la música. Eso se me daba bien (excepto un patético examen de tercero que aprobé gracias a haber hecho perfecto el dictado). Mi problema era que era un niño, y lo último que necesitaba al terminar en la escuela era largarme a un lugar frío con gente que no conocía y profesores que me echaban la bronca (aunque con motivos) por no haber practicado lo suficiente con el instrumento.
Pero bueno, acabé el grado medio (del plan 66 también, siempre fui con la roca corriendo detrás de mí) de trompeta, pasando a tener el título de profesor de música especializado en trompeta. Y no continué porque consideraba que ya tenía un nivel más que suficiente para lo que me interesaba hacer (soy un poco como un minijam, prefiero extender mis perpetraciones a un montón de campos), y que prefería centrarme en la Carrera y no iba a tener tiempo suficiente para dedicarle al instrumento.
Uno de los días en los que descubrí el valor real de la música (y, si no recuerdo mal, el día que conocí a IkerClon) fue cuando, antes de una actuación de final de curso de tercero de BUP (o de COU, ya no recuerdo) en la que unos compañeros y yo íbamos a tocar algunas cosas, me puse entre bastidores a practicar un poco tocando el tema de Titanic, y al cabo de un momento tenía a todo un coro de chicas (de las que hasta la fecha habían pasado mucho de mí) haciendo ventosa. Lo malo es que el efecto sólo duraba mientras tocaba. Al parar, volvían a pasar de mí.
Nada, hoy en día estoy en paz con la música. De hecho, soy profesor de trompeta. Tengo a un par de miniyos a los que doy clase en mí pueblo, y a un tipet mayor al que le ha entrado la vena. Creo que prefiero que esos pequeños canallas vengan sin saberse la lección durante dos cursos seguidos, pero disfruten de las clases, a echarles la bronca un solo día. Porque, como bien dice Biofix, la música no es la teoría. Es una forma de ser, un estado de ánimo, una actitud ante la vida. Y, como buen trompeta, mi estado de ánimo es de cachondeo perpetuo, y así será por lo siglos de los siglos, amén.
Aunque siempre me ha gustado más el piano (por aquello de que te puedes guisar y comer la armonía y la melodía). De ahí tengo la vena autista (y unas manos para dar masajes que triunfan como la coca-cola, de la trompeta tengo unos labios que vibran muy bien y una poderosa lengua).
Ay, el jazz, siempre ha sido mi piedra en el zapato. Es curioso, hay un famoso emilio Molina especializado en jazz que tiene un conservatorio con su nombre en Madrid (tengo varios posters suyos para fardar, por si acaso). Algún día tengo que ir y decirle ¿emilio Molina? Veras, soy emilio Molina. Necesito que me enseñes a tocar jazz.
Feliz musical año nuevo.
Nunca es tarde para aprender. Échale un vistazo a este enlace, es de lo mejorcito que he encontrado en la red sobre teoría de la música (y con versión en español). Tiene conceptos básicos y no tan básicos, todos muy bien explicados y con una sección de ejercicios en flash muy útil.Cita:
Ya me gustaría a mí saber algo de esa teoría o cualquier cosa, aunque mínima.
¿y no sería mejor que entre todos invitarais a ese ser superior, a que fuera el que se marchará a divertirse a su casa?Cita:
Para mí la música ante todo siempre ha sido una diversión, y cuando lo deje es porque entro un personaje en el grupo y aquello dejo de ser divertido, su carácter era superior a todo y había que tocar sus aburridos temas por cojines.
Pequeñito ya era, pero se creía el super, así que, decidí que yo me divertía más en mi casa y así lo hice.
Supongo que la situación no sería tan simple de solucionar, pero creo que sería lo mejor para todos (bueno, quizás para el no, pero la mayoría manda ¿no?Si, me gusta bastante. Es una frase sacada del tema el escaramujo que pertenece, creo recordar, al disco Rodriguez.Cita:
Además, tienes una cita de Silvio. La virgen.
Doy fe de ello, en el conservatorio aparte de profesor, soy pianista acompañante, y un año acompañé trompetas. La verdad es que en la sección de viento metal al completo (trombón, trompeta, trompa, tuba.) son todos bastante juerguistas, yo creo que en parte por su entrenamiento desde pequeños en las bandas de música. Aunque ha decir verdad, por lo general, todos los músicos tenemos una predisposición imnata a la juerga y al cachondeo, aunque mucha gente nos tenga por personas serias.Cita:
Nada, hoy en día estoy en paz con la música. De hecho, soy profesor de trompeta. Tengo a un par de miniyos a los que doy clase en mí pueblo, y a un tipet mayor al que le ha entrado la vena. Creo que prefiero que esos pequeños canallas vengan sin saberse la lección durante dos cursos seguidos, pero disfruten de las clases, a echarles la bronca un solo día. Porque, como bien dice Biofix, la música no es la teoría. Es una forma de ser, un estado de ánimo, una actitud ante la vida. y, como buen trompeta, mi estado de ánimo es de cachondeo perpetuo, y así será por lo siglos de los siglos, amén.
Nada, ahora aprendes un poco de violoncello, por aquello de mejorar la forma de sujetar con dulzura, y un poco de percusión, para mejorar el ritmo y el movimiento de los brazos, y te convertirás en todo un sexmachine.Cita:
Aunque siempre me ha gustado más el piano (por aquello de que te puedes guisar y comer la armonía y la melodía). De ahí tengo la vena autista (y unas manos para dar masajes que triunfan como la coca-cola, de la trompeta tengo unos labios que vibran muy bien y una poderosa lengua).
Esa frase me encanta. Es el comienzo perfecto para una novela cojonuda. O por lo menos para un cuento.Cita:
¿Emilio Molina? Veras, soy emilio Molina. Necesito que me enseñes a tocar jazz.
Yo no os aburriré con mis peripecias musicales. Un día tocaré bien la guitarra. Un día. Por ahora voy a ver si me compro kilo y medio de tiempo, porque ando escaso y no me salen las cuentas para tocar.
Algún día lo escribo, Chamanman. Al hilo de lo que dice Biofix, siempre me ha parecido curioso cómo es posible adivinar que instrumento toca una determinada persona sólo con ver un poco su forma de ser y algunos rasgos físicos distintivos. (por cierto, soy un gran aficionado de la percusión, así que, mis brazos).