La temporada que viene es del Madrid. Que lo sepáis. Lol.
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La temporada que viene es del Madrid. Que lo sepáis. Lol.
Pedazo de currículum el de del bosque por cierto, ya a aprendido el florentino a reconocer a un buen entrenador.Cita:
La temporada que viene es del Madrid, que lo sepáis. Lol.
Creo que volveréis a pasar una temporada de sufrimiento.Cita:
La temporada que viene es del Madrid. Que lo sepáis. Lol.
Si fuera Madridista, estaría algo acongojado con el equipazo que va a tener el Barça.
Força Barça i viva España.
Edito: y visca Catalunya, per suposat.
Repite el Barça, esta clarísimo.
Te iba a preguntar si has enviado ya las cervezas, pero veo que te las has bebido.Cita:
La temporada que viene es del Madrid, que lo sepáis. Lol.
Cita:
Te iba a preguntar si has enviado ya las cervezas, pero veo que te las has bebido.
Ya veo, ya veo. Hala Madrid copón. Esto no es lo mismo sin el José. Esta temporada pasada, a un punto de nada, ya veis.
Que va fitix, que para las resacas van de vicio las cervezas, me quedan, me quedan a punta pala.
Mañana me endoso a vuestra salud unas cuantas en el ensayo, para que veáis.
¡campeones del mundo coño.
Por dios los smiles de los españoles van a reventar de alegría, yo cuando pienso en la temporada que se le viene a mi River empiezo a suma a restar y multiplicar para ver si nos van a dar los números del promedio de descenso, me cacho en diez.
Haganme un favor pongan, aunque sea uno con cara de sufrimiento, aunque más no sea por aguante.
Mi compañero de trabajo, Menéndez, (nombre ficticio), perdió la liga con el Madrid, y eso me permitió calificarle cómo subcampeón.
Abatido y resentido, enseguida encontró la oportunidad de arreglar el año, con la roja.
Levaba todo el campeonato esperanzado y excitado cómo un chaval, incluso adornó la antena de su coche con la bandera.
Toda su mente, y su boca por añadidura, no salían del calendario de competiciones y hacía las veces de entrenador de apoyo.
Resulta que, desde que somos campeones, se ha relajado y dulcificado cómo por encanto.
Se diría que le ha encarnado el espíritu de d. Vicente, y recuerdo que les pasó lo mismo a mis compañeros de clase de hace 37 años, el primer, segundo y tercer día a la vuelta de los ejercicios espirituales, rápidamente mudaron a materiales.
Bueno, hoy ya ha vuelto a insultarme cariñosamente, y creo que volverá a ser el mismo en breve.
¿Han notado algo de esto? Saludos y enhorabuena a los premiados. A mí, me ha tocado lo que jugaba y también estoy contento y relajado.
Diran lo que quieran, el mundial de casillas, más, allá de que tuvo tapadas determinantes, fue bueno, pero no brillante. Xavi e Iniesta, no descollaron de la manera que hubiesen podido, torres no existió. Lo mejor de España fue villa, y su rendimiento decayó bastante en los últimos dos partidos, lo de Forlan, parejito por dónde lo mires. Justamente, el gran logro de la organización fue no elegir a un jugador solo por ser la campeona, sino a otro que también jugó todos los partidos, y gravitó más a nivel juego, y como es necesario en un evento tan mediático, a nivel espectáculo.Cita:
Gracias por el piropo (que, por supuesto, acepto), pero revisa cuántas veces se lo han dado a un gran jugador cuya selección acabó cuarta habiendo en otras selecciones auténticos cracks como Xavi. Y no creo que haya sido más determinante que casillas, que nos salvó el culo en por lo menos tres partidos (incluida la final).
No puedo imaginar lo motivos que pueden impeler a alguien a elegir Menéndez como nombre ficticio, habiéndo tantos otros donde elegir, como, por ejemplo, honorato, mucho más musical que Menéndez.Cita:
Mi compañero de trabajo, Menéndez, (nombre ficticio).
Un amiguete me ha enviado esto. Lo ha escrito un amigo suyo que está viviendo en Londres, y lo copio tal cual.Cita:
La locura.
Una de las características más fascinantes e inquietantes a la vez de la ciudad más internacional del mundo, Londres, es esa misma. Tan caleídoscópica es su población que uno percibe la ausencia de unidad, la individualidad más absoluta en la que idiomas, religiones, y costumbres parecen vivir sin tocarse. Sólo en 3 casos noté, brevemente algo diferente. Éstas fueron cuando la reunión del g-7 y en una manifestación propalestina y cuando los tamiles protestaron por las matanzas en sri lanka. Las 3 se limitaron a puntos precisos de la ciudad.
Ayer, sin embargo, asistí a la mayor locura que he visto en esta ciudad. Ayer, Londres, fue roja y amarilla.
Cuando el partido terminó una española me convenció para ir a trafalgar square a celebrarlo, algo ante lo que yo, en principio, soy reticente. No me gustan las extemporaneas y cerriles manifestaciones de patrioterismo (sean estas prohispanicas, euskaldunas y catalunyeras). Pero con lo que me encontré cuando salí del metro en charing cross y accedí a laplaza más importante de Londres me dejó helado. Miles y miles de personas gritando, corriendo, bailando de un lado a otro. Las fuentes de la plaza estaban literalmente, abarrotadas de gente. Toda la plaza encharcada, gente en pelotas, tirados por el suelo, chillando. Si uno intentaba salir de la plaza se encontraba con decenas de coches con banderas de España, pitando y parando el trafico. Al menos 15 furgones de policía habían sido aparcados en los lados de la plaza esperando a combatir exabruptos o salidas de tono. Pues bien, después de media hora bastantes de los muy duros policías ingleses.
Estaban bailando, y tirando las gorras al aire. Mientras algunos grupos cantaban (muy fuera de lugar, por cierto) Nelson, cabrón, saluda al campeón, cientos corrían con vuvuzelas y cantando, espontáneamente: yo soy español. Colombianos, brasileños, argentinos, italianos e incluso un buen puñado de ingleses cantaban ¡we won. We won. We won.
Ayer por la noche, en una hora, abracé y besé a más mujeres de las que he tocado en toda mi vida.
Dos horas después pretendía ir a la zona de picadilly circus para coger un autobús. Para mí sorpresa durante todo el recorrido más y más forofos, banderas españolas, coches pitando, gente cantando. Y cuando llegué a picadilly ¡todavía fue peor. Otros miles de aficionados bañándose y convirtiendo la ciudad en la locura absoluta.
Ayer, por primera vez, noté en Londres algo que podría calificarse de personalidad, unidad. Parecía que ayer por la tarde hubiese terminado la segunda guerra mundial.
Ayer, Londres, fue la capital de España. Ayer, la inigualable capapcidad de los españoles para hacer ruido, hizo un trabajo perfecto. Quizá no tenga tanto mérito. Especialmente porque en Londres sacar la bandera de España no es peligroso. No tanto como en Pamplona, Barcelona o Bilbao. Aquí a nadie le pegan o le persiguen por sacar la bandera de España. Aquí la bandera de España no es un símbolo de fascismo.
Ayer sentí que España era una, grande y libre (que no es sino el lema del partido socialista francés, Francia una grande y libre).
Camilo, un amigo colombiano me miraba con los ojos desorbitados, casi asustado, mientras miles de personas gritaban como locas y me preguntó ¿pero que es esto?
La locura, camilo. Esto es la locura.
(Por cierto, a mí no me gusta el fútbol).
Vaya. Piqué lo que llevaba es un pedo del trece, lo que no es excusa para hacer el cerdo, claro.
Lo mío tuvo guasa. A dos amigos que detestaban la que se había montado con el mundial, no se les ocurre otra cosa que ir a mirar ordenadores ¡a la plaza de España. Menos mal que nos metimos en el rodilla que tiene unos cristales enormes, y se estaba fresquito. Y los jodidos no hacían nada más que protestar, pero cuando pasó el autobús bien que le hicieron fotografías y disfrutaron.