En el Siglo VIII, el cristianismo se difunde en Europa y las creencias paganas van desapareciendo. Ante el ataque del ejército de Carlomagno atravesando los Pirineos, el líder del valle busca auxilio en una diosa ancestral. Mediante un pacto de sangre, vence al enemigo, pero sacrifica su vida. Antes de partir, hace prometer a su hijo Eneko que protegerá y guiará a su pueblo en la nueva era.
En el transcurso del tiempo, Eneko se encuentra frente a su compromiso, imbuido en una misión para recuperar el cuerpo de su difunto padre, enterrado según las costumbres paganas junto al tesoro de Carlomagno. Aunque profesa la fe cristiana, busca el apoyo de Irati, una misteriosa habitante de la región que sigue las creencias paganas. Unidos, emprenden una audaz travesía en un extraño y desafiante bosque donde todo lo que es nombrado cobra vida.
Un poco de historia sobre la inspiración a la película de Irati
En el corazón de Navarra, se encuentra un impresionante paraíso natural y salvaje llamado La selva de Irati. En este vasto territorio montañoso y vegetal, cristalinos ríos serpentean, bañados por la luz mágica que ofrecen las hayas de tonos ocre, amarillo y rojizo que se asientan en sus orillas. Según las leyendas, seres mitológicos han sobrevivido en el folclore y la tradición desde tiempos remotos.
La película Irati (2023), que llega a los cines el próximo 24 de febrero, se inspira en estas fábulas y misterios para crear una épica historia, una de las más asombrosas en la historia del cine español.
Con una mitología telúrica, oscura e inmersiva, la película combina fantasía, epopeya histórica y misterio. Dirigida por Paul Urkijo, quien previamente cautivó con Errementari (2017), la película nos transporta a un viaje lleno de fantasía al pasado. El actor vasco Eneko Sagardoy, ganador del Goya por Handia (2017), es uno de los protagonistas en esta fábula, que se desarrolla en majestuosos paisajes, muchos de ellos filmados en los bosques de Irati. Le acompaña Edurne Azkarate (Gutuberrak), cuya actuación sorprendente marca su debut en esta película.
¿Es solo una leyenda o tiene partes de historia real?
En la leyenda de Irati, parte de la historia se remonta al siglo VIII y se centra en la batalla de Roncesvalles en 778. La narrativa también incluye elementos mágicos, como la figura de Mari, una diosa de la mitología vasca precristiana. Mari es considerada la Diosa madre y símbolo de una religión matriarcal, perteneciente a una fe pre indoeuropea que ha sido documentada en diferentes y distantes lugares.
Irati es una historia épica que se enfoca en los relatos de la Edad Media, una época oscura y desconocida llena de mitos y leyendas. El director Paul Urkijo traslada la trama al Pirineo y combina la parte histórica con elementos mágicos, sumergiendo al espectador en un mundo de fantasía y misterio. En este contexto, la película explora tanto eventos históricos reales como aspectos de la mitología y creencias ancestrales, que aportan una dimensión única y cautivadora a la historia.
Todo lo que se nombra existe
El título de este párrafo es una hermosa definición de la fantasía, pero también es una reivindicación cultural y de origen. Conservar la memoria de las raíces de una sociedad, incluso cuando sabemos que son imaginarias, fortalece la cultura y el folclore que se nutre de ellas. Especialmente si estas leyendas transmiten enseñanzas sobre el cuidado de la naturaleza que nos rodea y la protección de bosques como el de Irati.
En esta película, al igual que en La historia interminable o Excalibur, los mitos fantásticos están destinados a desaparecer porque nadie piensa en ellos. La figura del bosque se muestra como una criatura con vida propia, según las leyendas celtas allí era un dragón, aquí una gran serpiente. El bosque sangra cuando talan sus árboles para venderlos a los francos. De esta manera, la película presenta una lectura ecológica que promueve el respeto hacia la naturaleza.
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