La historia del hombre que reparte abrazos es simple y conmovedora. Cuando murió su madre (una mujer que se caracterizaba por abrazar mucho a sus amigos), una desconocida le dio un abrazo a el (se dedicaba a dar abrazos a desconocidos). Ya está.
El pobre no sabía que, miles de kilómetros más lejos, ya existía el fantástico club del abrazo. Pero no importa. Un abrazo para él, y para todos vosotros.