Así que, centrarse en practicar la integración de audio y vídeo tiene la suficiente tela como para que Devnul se dedique ha eso durante los próximos ocho años.
Uno de los ámbitos que más me gustan de lo audiovisual es, precisamente, la sonorización. Conseguir que de un vídeo muerto aparezca un alma, una profundidad, una dimensión sonora con su propio sentido, es todo un reto que requiere de mucha técnica y mucho instinto.
Supongo que todo depende más de a lo que Devnul quiera enfocar su aprendizaje.