The mars volta en razzmatazz2:barcelona
En primer lugar me han defraudado las dos salas en las que estuve. Primero la salamandra, la noche del viernes, una nave industrial reconvertida, sin sitio para sentarse más que un par de bancos por ahí, en la música si que se enrrollaban (pero de Mars volta ni un tema y eso que tocaban al día siguiente), en fin, que una cosa es ser jebi y que te de igual hacer un botellón sentado en un bordillo de la acera y otra cosa es que te cobren por hacer casi lo mismo dentro de una nave, pero con música, en fin.
Luego la sala Razzmatazz 2, otra nave reconvertida, sin acústica ninguna, no sé qué me esperaba, pero desde luego no me esperaba una nave con los pilares a pelo. Esperaba cierta decoración pero tal vez era ese aspecto industrial cutre la propia decoración de la sala.
Pero lo peor fue la salida, los seguratas al modo de los cabreros reconduciendo a la gente a la voz de vayan saliendo, sin dejarte entrar al servicio para que los que estaban en primera fila se lavaran un poco el sudor, echaran un caño o simplemente se refrescaran la Jeta.
Resulta paradójico que la cuadrilla de viglantes, con pinganillo en la oreja, igilando que no te fumes un cigarrillo y dándose órdenes por radio en plan tú barre el sector b con un aire casi marcial, la cagaran estrepitosamente a la hora de la salida ya que obligaban a la gente a apretarse como un rebaño de reses sudorosas para poder salir por una única salida tapónada por la gente que se paraba en el puestecillo de camisetas.
Por dios, liberen la salida en vez de azuzar por detrás de mala manera a la gente sin darles oportunidad de entrar al servicio ni de salir a tiempo de hacerlo en la calle.
Pero a lo que vamos,the Mars volta han demostrado con tres horas de concierto que vinieron a dar caña y a sudar la camiseta. Por desgracia sólo se escuchaban al guitarra, cantante y batería, apenas se escuchaba la percusión, el viento o el teclado, pero que se puede pedir en semejante sala de ruidos, tiene hasta mérito. El técnico de la mesa hizo lo que pudo, incluso consiguió que una guitarra conectada a tropecientos pedales y haciendo psicodelia no sonara estridente, no sonaran pitidos raros, en fin, que uno no se arrepintiese de hacer mil kilómetros.
En cuanto a la banda, quizás hubo algunos momentos en que abusaban del caos, quizás el guitarra se subió un poco sobre los demás relegando al resto del grupo a un segundo plano, pero, en fin.él es uno de los pilares y lo demostró haciendo 25 minutos de tema que llevaron a la gente al paroxismo.
En fin, un gran recital, engrandecido por la precariedad del lugar. Si hacen esto en una nave no me quiero imaginar que podrían hacer en el teatro Cervantes de Málaga, bueno se me lo imagino porque soñar es gratis.
"Trate la historia como si todo el proyecto dependiera de ella porque,probablemente,así* sea" (Mark Adams)
Corolario: "La cafeí*na es tu amiga"