No, no me pico. Tampoco es por el fútbol, es más ya que lo has sacado, el mito ese de ser niño, relacionado siempre con críos jugando en la calle. Que sí, pero no. Desde que me enfrento con treinta críos en clase y me término preguntando cada día cómo y dónde han acabado así (porque evito preguntarme dónde acabaran), me los imagino con una infancia de ocio continuo que aún no han abandonado, y delante de un libro preguntándose cómo se abre.
Bueno, tampoco te lo tomes a mal. Sólo es una reflexión de esas mías.