Este es un tío que se va a hacer paracaidismo, y los de la escuela de vuelo, para tomarle el pelo le empiezan a decir:
-Tú cuando saltes, tira de la anilla grande.
Ya, pero, ¿y si no se me abre el paracaidas?
-Pues entonces tiras de la anilla de emergencia, que es esa pequeñita.
-¿y si tampoco se me abre?
-Pues ya no te queda nada más que rezar todas tus oraciones al indio gerónimo, que es el patrón de los paracaidistas.
Al llegar al lugar del salto, el pobre hombre esta acojonado, y cuando llega el momento le gritan.
-¡salta.
El hombre se tira, y los del avión cierran la puerta y dan la vuelta para aterrizar mientras se van riendo del pobre hombre.
A esto que suenan unos golpes en la puerta del avión, y se quedan todos extrañados. Vuelven a sonar los golpes, la abren, y está el hombre flotando agitando los brazos cual pájaro, y les pregunta:
-Perdón, pero ¿cómo se llamaba el indio al que había que rezar?