El universo de personajes élficos de Konstantin Popov
Konstantin Popov no nació con un lápiz bajo el brazo. De hecho, empezó a dibujar después de dejar su trabajo como operador de torno, demostrando que cambiar de carril también aplica en la vida profesional. A los 20 años, en lugar de seguir limando metales, decidió limar trazos. Hoy, trabaja como artista freelance en Kazajistán y se especializa en diseño de personajes con un estilo inspirado en el anime, en especial con orejas puntiagudas y poses que harían girar la cabeza hasta a un personaje de videojuego.
El diseño primero, la magia después
Para Popov, el proceso arranca con el diseño del personaje. Nada de empezar pintando sin rumbo. Primero se moldea la esencia, se busca una pose dinámica y se coloca la luz como si fuera una escena de teatro. Después llega la ilustración completa, como si el personaje se ganara su derecho a existir en el escenario digital. A él le interesa que cada imagen cuente algo, aunque el personaje no hable ni una palabra.
Cuando un estudio se convierte en fan art (y luego en algo más)
Una de sus obras más conocidas, Shin-Ryeong, comenzó como un simple estudio de dibujo. Luego se convirtió en fan art, y finalmente evolucionó en una pieza totalmente original. Un poco como cuando uno empieza limpiando su escritorio y termina redecorando la casa entera. Así fluye la inspiración, según él: uno empieza con una idea y termina con algo que ni uno mismo se esperaba.
Diseñar un dragón... pero en forma de persona
Popov también ha reinterpretado criaturas fantásticas en forma humana. Un ejemplo es Vika, que nació de una pregunta curiosa: ¿cómo se vería una montura de dragón del juego World of Warcraft si fuera una chica humana? En vez de crear una guerrera tenebrosa, optó por una versión simpática, como si el dragón se hubiera ido de vacaciones y hubiera descubierto los encantos del maquillaje y los vestidos con vuelo.
Frío en los hechizos, calor en el corazón
En otro de sus trabajos, Téal, la inspiración vino de una maga del hielo. La escena está ambientada con elementos helados: cristales, escarcha, un fondo digno de congelar la nariz. Pero el personaje, pese a ser de tipo Frost Mage, transmite una calidez poco habitual. El truco está en los detalles: una mirada amable, un gesto suave. Como quien reparte hechizos de hielo con una sonrisa.
Un dragón infinito pero con piernas
Finalmente, está Twilight, un personaje creado como regalo para un amigo. La idea inicial mezclaba inspiración alienígena con la silueta de un dragón del universo de World of Warcraft. Lo interesante es que el resultado final parece más un cruce entre criatura ancestral y modelo de portada de cómic. Una especie de dragón eterno... que podría posar para una sesión de fotos sin quemar el fondo.
El universo de Popov demuestra que, con práctica y buen gusto, hasta un torno puede ser reemplazado por una tableta gráfica. Y que los elfos digitales también tienen personalidad propia, aunque vivan dentro de un archivo .PSD.