Desde su inicio con Ridley Scott en 1979 y la secuela de James Cameron en 1986, la saga Alien marcó un hito con narrativas inmersivas y efectos prácticos innovadores. Décadas después, Alien: Romulus revive esa esencia combinando técnicas tradicionales como animatrónicos y miniaturas con efectos digitales avanzados, logrando un equilibrio entre nostalgia e innovación.
El director Fede Álvarez, un fan de la franquicia, lideró esta nueva etapa con un enfoque híbrido que integra efectos prácticos supervisados por veteranos y mejoras digitales de última generación. La película, rodada en Budapest con un presupuesto de 80 millones de dólares, destaca por su textura tangible y sombría, característica de la saga, mientras eleva su escala visual.
El equipo creativo, incluyendo Legacy Effects y Amalgamated Dynamics, usó tecnologías como escaneo 3D, ZBrush y modelos impresos en 3D para diseñar criaturas y secuencias memorables, como el nacimiento de un híbrido alienígena-humano. Romulus rinde homenaje al estilo biomecánico clásico de la franquicia, añadiendo innovación tecnológica para ofrecer una experiencia cinematográfica fiel pero renovada.