En Fly Me to the Moon, los efectos visuales juegan un papel crucial para contar la historia de amor ambientada en la carrera espacial de los años 60. Aunque la película no se centra en el espacio, los efectos fueron esenciales para crear una sensación de realismo, especialmente al recrear el histórico lanzamiento del Apollo 11.
El equipo de efectos visuales, liderado por Sean Devereaux, trabajó en conjunto con varias compañías, como Framestore, RISE, Zero VFX, Nexodus y Ingenuity Studios. Cada una aportó su experiencia en diferentes áreas, desde la recreación digital del Saturno V hasta la integración de efectos invisibles que mezclaban imágenes de archivo de NASA con tomas creadas digitalmente.
El trabajo fue tan preciso que el público no podía distinguir las tomas generadas por CGI de las originales. La recreación del set de control de misión y los efectos en las escenas de lanzamiento fueron un desafío técnico que se resolvió con gran cuidado para que los efectos no interfirieran con la trama principal. Todo esto se hizo con el objetivo de que la historia de las personas en tierra, como los personajes interpretados por Scarlett Johansson y Channing Tatum, fuera lo más importante.