En la película Civil War, la representación digital de Washington D.C. realizada por Framestore es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede transformar una ciudad en un personaje más dentro de la historia. Para crear una versión fotorrealista de la capital estadounidense, el equipo de efectos visuales no solo recreó los 13 kilómetros cuadrados de la ciudad, sino que prestó atención a cada uno de sus detalles. Desde los monumentos más conocidos hasta los edificios más pequeños, todo fue modelado con una precisión extraordinaria. La tarea de agregar alrededor de 18,000 árboles en el lugar exacto donde están en la realidad muestra hasta qué punto se buscó la fidelidad al entorno original.
Pero la magia no solo se limita a los exteriores. Los interiores de los edificios también fueron cuidados al máximo, con detalles como señales de emergencia, escritorios desordenados o unidades de aire acondicionado. Esto añadió una capa extra de realismo, transmitiendo la sensación de que la ciudad estaba viva, pero momentáneamente detenida, lo que aumenta la tensión en los momentos clave de la trama.
El trabajo de Framestore no solo destaca por la calidad visual, sino por su habilidad para integrar efectos digitales invisibles con elementos de la cinematografía tradicional. El resultado final es una ciudad que no solo aparece como telón de fondo, sino como una parte fundamental de la narrativa, mostrando a Washington D.C. de una manera que nunca antes habíamos visto en el cine.