Si comen chancho se irán directo al mismo infierno. Fima: el chancho.
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Si comen chancho se irán directo al mismo infierno. Fima: el chancho.
Esa gente debería aprender de grupos como los amish o los menonitas, que eligen vivir con la tecnología del siglo XVI, pero no le imponen su punto de vista al resto del mundo, ni hacen proselitismo. Incluso permiten a sus hijos vivir un tiempo fuera de la comunidad y comparar su estilo de vida con el del exterior y decidir cuál quieren seguir.Cita:
Es curioso, todos estos fanáticos espirituales son unos cerraos intransigentes. Egoístas que no respetan a sus semejantes y los esclavizan con polladas del tipo:
No dones sangre porque.
No comas cerdo porque.
El sábado ni se te ocurra respirar porque.
¿Porqué te has quitado el velo.
No uses condones porque.
Tú eres de una casta inferior.
Etc etc.
¿Se imaginan a una chica afgana diciéndole a sus padres quiero que me permitan usar ropa occidental y salir de casa durante un año o a un joven testigo de Jehová diciéndole a los suyos este año quiero festejar mi cumpleaños, el carnaval y la navidad, y si tengo un accidente y necesito sangre quiero que autoricen la transfusión?
Esta claro: el islamismo y el judaísmo los inventó un cerdo, el hinduísmo una vaca y el cristianismo un chuletón de ternera un viernes de primavera.
Pobres pájaros, son los más tontos de la granja.Qué majos.Cita:
Los amish. Incluso permiten a sus hijos vivir un tiempo fuera de la comunidad.
Yo estoy contigo. Pero el problema es la manera de pensar de cada persona, es diferente. Y cuando están en multitud intercambian puntos de vista. Yo creo que el problema base, aparte de ser la sociedad en la que vivimos. Yo creo que también tiene que ver con la juventud, solo hace falta mirarlos, vestidos de colorines, van de malos, fuman, beben. Ahora en España. Hay racismo porque lo generamos. Tanto los españoles como los inmigrantes.
Bueno los cristianos de profesional han denunciao un anuncio televisivo donde cambiaban las ostias y el vino por doritos y pepsi, en fin.
Habría que reírse más a menudo de uno mismo.
Yo hubiese cambiado sólo las ostias el vino lo hubiese dejado.