Un grupo de investigadores de la Universidad de Texas en Dallas ha creado un modelo de fémur impreso en 3D, que podría cambiar la forma en que se hacen las cirugías ortopédicas, se entrenan los médicos y se reparan los huesos. Este modelo se hizo en colaboración con cirujanos del Centro Médico UT Southwestern, y es un avance importante porque está hecho específicamente para ayudar a los médicos a planificar mejor las cirugías y entrenarse con modelos más realistas.
Normalmente, los cirujanos usan huesos de cadáveres o modelos sintéticos para practicar y estudiar, pero estos pueden ser caros y no siempre tienen la precisión que se necesita para tratar a pacientes específicos. Además, conseguirlos puede ser complicado y no siempre reflejan exactamente cómo es el cuerpo de cada paciente.
El equipo de la Universidad de Texas creó el fémur en 3D utilizando un material biodegradable llamado ácido poliláctico (PLA), que se usa mucho en impresión 3D. Lo mejor de este material es que es barato, ya que cada modelo cuesta solo unos 7 dólares. El fémur impreso tiene casi 20 centímetros de largo y 2.5 de diámetro, y se probó en el laboratorio para asegurarse de que tenga propiedades mecánicas similares a las de un hueso humano real.
Una de las grandes ventajas de este modelo es que se puede personalizar para adaptarse a la anatomía de cada paciente. Esto sería muy útil, por ejemplo, en el tratamiento de tumores óseos, ya que los médicos podrían imprimir la parte exacta del hueso afectado y probar diferentes tratamientos antes de realizar la cirugía.
Además, este modelo de fémur impreso podría, en el futuro, reemplazar materiales como el titanio que se usan actualmente para reparar huesos dañados. Los investigadores también planean incorporar tumores impresos en 3D dentro de los modelos para poder probar terapias antes de la cirugía real.
Este proyecto ha reunido a expertos de diferentes áreas, incluidos cirujanos de UT Southwestern, quienes han trabajado juntos para crear una solución innovadora para la cirugía ortopédica. Los resultados de la investigación han sido muy prometedores y podrían cambiar el futuro de la medicina, permitiendo a los médicos realizar cirugías más precisas y personalizadas.
Esta nueva tecnología de impresión 3D no solo es más económica, sino que tiene el potencial de mejorar la forma en que tratamos las lesiones óseas y personalizamos los tratamientos para cada paciente.
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