Semana animada en Stuttgart con creatividad y tecnología
El pasado martes 6 de mayo arrancó la edición número 29 del FMX en Stuttgart, Alemania. ¿Y qué es el FMX? No, no es una marca de patinetes eléctricos, sino un evento europeo centrado en la animación, los efectos visuales y los medios inmersivos. Suena técnico, sí, pero básicamente es como un parque de atracciones para gente que hace que los dragones vuelen, las ciudades exploten (en la pantalla, claro) y los personajes digitales se pongan existenciales. Todo esto cortesía de la Filmakademie Baden-Württemberg, que organiza esta fiesta creativa desde hace años.
Una semana animada, con todo el combo
Pero eso no es todo, amigos del celuloide (aunque ya nadie use celuloide). En paralelo al FMX, también se celebra la Semana Animada de Stuttgart, que suena como una maratón de películas de Pixar, pero es mucho más. Incluye el Festival Internacional de Cine de Animación de Stuttgart (ITFS para los que ya están en confianza) y los Animation Production Days, también conocidos como APDs. Entre todos montan un circo animado, por supuesto donde se presentan, financian y debaten proyectos de animación. Es decir, un lugar donde una buena idea puede encontrar quien la dibuje, la pague y, con suerte, la haga famosa.
El ritmo del cambio: no es una banda, es el tema del año
La edición de este año viene con un lema que suena a título de canción indie: Rhythm of Change. Pero no, no es un nuevo sencillo, sino un llamado a reflexionar sobre los giros que está dando la industria creativa. Aquí entra en escena la inteligencia artificial, que ya no solo gana partidas de ajedrez, sino que también empieza a escribir guiones, hacer storyboards y quién sabe quizás pronto cobre regalías. Además, se discuten nuevos modelos económicos, probablemente porque los viejos ya no sirven ni para comprar palomitas.
Lo que se mueve en Stuttgart y no son solo dibujitos
Este tipo de eventos no solo se trata de pasar tráilers y regalar chapitas. Es una verdadera plataforma para profesionales que quieren enterarse de lo último, conectar con otros cerebros brillantes y, con suerte, salir con más proyectos que tarjetas de presentación. Y sí, hay animaciones, pero también debates sobre ética, tecnología y cómo hacer que el monstruo de cinco ojos que diseñaste no se parezca tanto a tu jefe.
¿Y esto qué tiene que ver conmigo?
Pues resulta que mucho. Si alguna vez has visto una película con efectos especiales, jugado a un videojuego en VR o simplemente te has preguntado cómo hacen para que un mapache hable en el cine, este es el tipo de evento donde todo eso cobra vida. Así que la próxima vez que veas una escena imposible, recuerda que probablemente empezó en una charla animada en Stuttgart, entre cafés, bocetos y algún que otro emoji perdido.
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