Drogas psicodelicas y experiencias perceptivas
Vaya, vaya, vaya, vaya, lo que hay que leer. Las drogas no son malas, no, es cierto, son nuestras amingüitas. Os daría un par de malas contestaciones si me dejase llevar por la rabia, pero creo que de la experiencia se aprende, y más que echaros la bronca, debo haceros entrar en razón.
Las drogas, como tal, son una sustancia ajena al cuerpo, no son metabolizadas, no son procesadas por el cuerpo, es más, con algunas de ellas, el cuerpo reacciona como lo haría frente a un agente patógeno: atacandola. Con esto, el propio cuerpo reconoce que es una sustancia perjudicial y extraña para él.
Cualquier droga, cualquiera, es dañina para el organismo, sea blanda o dura, sea legal o ilegal (este último concepto solo atiende a intereses económicos, así que, ni lo empleéis como argumento para defender una postura de defensa), unas les hacen daño al sistema nervioso, otras directamente a otros órganos: pulmones, riñones, hígado, bazo, cerebro, pero todas, todas, son perjudiciales.
El basar un argumento en que el hombre lo usa desde tiempos inmemoriables, es como quien defiende el hecho de la ablación de clítoris en algunos países, porque también se práctica desde tiempo inmemoriables, realmente lamentable.
Sólo existe una droga legal que es beneficiosa para el organismo, y esa es la bebida alcohólica. El alcohol como tal, no se produce en el organismo, pero en cambio sí es metabolizado, e interviene y es beneficioso en algunos procesos que se realizan en el cuerpo, pero como todo, tiene limites, al igual que el oxígeno puro es perjudicial (y llega a ser venenoso), el alcohol también lo es, aunque su acción sea más suave y lenta (dependiendo del volumen ingestado). Los últimos estudios recomiendan no abusar, y tomar tan solo una copa de vino o similar en la comida. El nivel de alcohol ingerido no es suficiente para destruir un número significativo de neuronas (como las que se pueden destruir bebiendo un cubata de whisky, por ejemplo).
En fin, sean cuales sean los beneficios o desventajas de estas sustancias, hay dos cosas claras:
-Su consumo, aunque sea puntual, sólo pretende recrear una evasión del mundo real, un estado de disfrute que se piensa imposible de alcanzar de otra forma. Triste, muy triste.
Las nuevas drogas, llamadas de diseño, son cada vez más químicas, más fuertes y están menos controladas, el riesgo de sufrir algún tipo de daño en su consumo es elevado.
Mirad, he sufrido en mis carnes, y en las de mi familia, los efectos secundarios de las drogas y se de lo que hablo: un tío muerto, una abuela (madre de mi tío) muerta por degeneración prematura de un cáncer, a raíz de una depresión en la que cayó fruto de la adicción de su hijo a las drogas, un primo (hijo de mi tío) enganchado a tripis y pastillas, otro tío con diabetes derivada de un consumo excesivo de alcohol, y una hermana enganchada al alcohol los fines de semana, fruto de su edad y de la separación de mis padres, y lo peor de todo, la impotencia de querer ayudar y no poder hacer nada.
Las drogas son una, sean del tipo que sean. Y recordad que no es malo defender su ilegalización, aunque no se conozca su efecto, lo que es malo, es defender su uso, presupuestomiendo conocer sus efectos y riesgos.
Los sabios hablan porque tienen algo que decir, los tontos lo hacen porque tienen que decir algo.