Decide la cia en la campaña mundial de justicia infinita para acabar con.
El terrorismo, infiltrar a uno de sus mejores agentes (laureado y.
Condecorado por su labor tras las líneas en sudan y en afganistan) en la.
Eta. Tras un duro entrenamiento que pasa por aprendizaje intensivo de.
Euskera, acento puramente guipuchi (ojo no batúa), y rondas infinitas de.
Chiquitos sin desmayarse, lanzan al comando en paracaídas cerca de.
Mondragón. El comando se despoja y entierra el paracaídas, se laca la.
Txapela, se encamina a una Herriko taberna, donde entra y dice con un.
Magnífico acento:
-Oyes Patxi, un txikito, tú.
Patxi le pone el txiquito en silencio. Todos los de la taberna le miran. El.
Comando piensa que ha podido olvidar, y recuerda que el eskaldun suele ser.
Irreverente. Para romper el hielo dice el comando:
-Kagon la hostia, tú. Frío hace.
Nadie le responde. Piensa de nuevo que ha podido olvidar y se da cuenta que.
No a añadido el pues al final de la frase. Lo intenta de nuevo:
-Kagon la hostia, tú. Buen partido ayer de la reala, pues.
Sigue el silencio atroz como una losa. El comando desesperado se da cuenta.
De que no va por buen camino. Trata desesperadamente de recuperar terreno y.
Le lanza a tumba abierta:
-Kagon la hostia, tú. Con tanto maketo no hay quien circule, pues. A tope.
Las calles, oyes. A su casa se irían y nos dejarían en paz, pues.
Sigue el silencio. El comando comprende que ha fracasado en su intento. Se.
Despide.
-¿Qué te debo, oyes?
-150 - Dice el camarero.
-¿tan poco, oyes? Pues toma pues. Agur, y askatasuna.
Sale cabizbajo de la taberna pensando que demonios ha hecho mal. Cuando se.
Va, se levanta un parroquiano y le dice al camarero,:
-Oyes, Patxi, ¿Qué cojones crees tú que quería el negro?