Una cosa bastante cómica que leí hace poco. Resulta que hace algunos años, un representante que por cierto no le gustaba mucho el arte moderno hizo una exposición de su último descubrimiento (de esos que ponen el montón de Trazos al azar en el lienzo), y logró que varios críticos y revistas importantes le hicieran críticas al arte (todas favorables, por cierto) y vendió unos cuadros. Para luego revelar que el artista era en realidad un chimpancé al que le dio los pinceles y pinturas a ver qué hacía.
Yo leí el artículo por internet, pero hace algún tiempo, no tengo el enlace a mano. Si lo consigo de nuevo lo pongo.