Así que ha esta bola de nieve le añadimos un ingrediente más: por un lado, los
pandilleros, porque supuestamente hacen lo que quieren, los
inmigrantes (no pandilleros), que cargan con la gilipollez de los primeros sin comerlo ni beberlo, siendo el blanco de los
racistas/ultraderechistas, que aprovechan la coyuntura para lanzar puyas contra lo que sea y quejándose de lo mal que va el país. Luego, tenemos las
víctimas, que son perjudicadas por la acción de los pandilleros y por la inación de los
políticos.