De verdad que no quiero quedar cómo ese chuleta que entiende de todo. (aunque comprendo que puedo dar esa imagen).
¿Qué le voy a hacer si se me ocurre una respuesta rápida sin esforzarme? Tengo que soltarlo.
Cómo dijo Caronte ante un halago a su conocimiento de Blender: no tiene tanto mérito, muchas horas de vuelo.
Se esta comparando la visión de un torneo deportivo, con la de una obra de arte.
Parece estar probado que la creación de las pinturas rupestres, supuso un salto evolutivo para el psiquismo humano.
Los que no pintaban, fueron movidos, o arrastrados a ese cambio para adaptarse a esa importante novedad.
Por eso el arte es importante.
No digo que en el fútbol, no podamos encontrar algún mensaje positivo, pero el arte, aún el prostituido, ocupa para mí un lugar superior en mis jerarquías. Me resulta más barato que un palco y no me mueve a pelear contra otras tribus, si no a acercarme a éllas.
En fin, para valorar si una cosa es buena o mala, se aconseja observar sus efectos.
Si mejora el ámbito en el que se desarrolla y crea buen, o es bueno, o nos tiene muy engañados.
Luego cada cual puede llegar a sus conclusiones, con la herramienta que tenga más cerca.
En una baza, trabajé en Lanzarote, y un amigo que coseché, me sugirió entrar en un impresionante hotel a tomar una utopía con hielo.
Oh, sí, me gustaría verlo por dentro.
Al llegar, el portero nos advirtió de que la entrada debía realizarse según sus normativas y reglamentaciones, inexcusablemente con corbata.
Ya alejándonos, mi amigo me dijo: ¿sigues teniendo interés en entrar al hotel?
Oh, sí, ahora más que antes. ¿Qué tendrán dentro de tanta categoría para que el guardián ponga tanto celo en el desempeño de su cometido?
Que morrbo.
En quince minutos, estábamos debidamente investidos para volver al proceso de casting y admisión.
Lo que tiene un simple icono hecho con un pequeño lienzo.
Toda esa fuerza condensada en unos pocos centímetros cuadrados.
Bueno, el caso es que pasamos a la siguiente pantalla, en la que había un enorme escenario imitando a la perfección a un gran salón comedor.
Mi ánimo siempre ha sido encontrar el espectáculo donde quiera que se encuentre y me he ahorrado muchos viajes al videoclub.
Había allí una docena de personajes, que se me figuraron jubilados alemanes de vacaciones.
Sospeecho que eran actores caracterizados cómo tal, porque iban vestidos con atuendos playeros, sin corbatas.
Su baile era un tanto torpe debido a su edad, pero se expresaban con corrección.
Y lo mejor de todo, la atinadísima banda sonora (gracias, María Jesús), que le venía perfecta para recibir a los dos hombres con corbata.
El baile de los pajaritos.
Ya les digo, de Berlanga. Quedé vivamente impresionado y si aprendo a dibujar tal vez decida hacer unos renders sobre este tema, pero eso será harina de otro hilo.
Y sobre lo que dice Fiz de que no lloraré si nuestros muchachos son derrotados, pues no, a menos que eso le enfade a mi pareja y me cocine de mala leche, o le baje la libido.
Pero claro que lo sentiré, aunque de niño sentía más el peso de estas humillaciones.
A buen entendedor, salud.
Posdata:
También tengo para el caso un aforismo que me comentó un coreano.
Pero no pienso desvelarlo a no ser que previamente reciba cinco agradecimientos a este mensajes.
Tiene este precio, porque seguramente me convertiría en blanco de furibundos ataques de gentes de dos o más continentes y eso pudiera producir un efecto abrasivo sobre mi imagen y en el peor de los casos me alejaría de muchos individuos, cosa que de ningún modo deseo.
Quiero decir que no me sobran amigos fútboleros.