Era verano puro. En el pueblo. Cuando con 8 o 10 años las horas de calor más fuertes del día no eran distintas a las demás.
Me viene a la cabeza un recuerdo: cuatro y media de la tarde, el sol cayendo a plomo. Calor agobiante y sudor. Ni un ruido más que el de alguna mosca. La calle desierta. Nadie. Yo solo, con la bicicleta tirada a mi lado, frente a la puerta de la tiendita del pueblo. Cerrada.
Blender, Substance Painter y Adobe Photoshop.