Un grupo de investigadores de la Universidad de Adelaida ha desarrollado una micro-lente impresa en 3D que mide menos de 0,26 milímetros de diámetro. Este diminuto dispositivo, que se imprime directamente sobre una fibra óptica, está diseñado para examinar vasos sanguíneos y ayudar en la detección de enfermedades coronarias. El equipo, liderado por Jiawen Li del Instituto de Fotónica y Sensores Avanzados (IPAS), ha trabajado en colaboración con la empresa alemana Nanoscribe y la Universidad de Stuttgart para crear esta innovadora herramienta.


Tecnología de vanguardia para imágenes precisas

La micro-lente utiliza un haz de luz especial conocido como haz de Bessel, que mantiene su enfoque a distancias más largas en comparación con los haces de luz tradicionales. Esta característica permite obtener imágenes de alta calidad incluso en espacios reducidos, como los estrechos vasos sanguíneos del corazón. Según Jiawen Li, esta tecnología supera las limitaciones de los sistemas ópticos convencionales y ofrece una capacidad de imagen excepcional, especialmente útil para identificar placas de alto riesgo que pueden desencadenar infartos.

Resultados prometedores en pruebas iniciales

Las pruebas realizadas en modelos preclínicos han demostrado que la micro-lente ofrece una resolución espacial y una profundidad de enfoque superiores a las de las sondas de imagen estándar. Este avance es particularmente relevante para visualizar el interior de las arterias coronarias, donde la acumulación de placa puede pasar desapercibida con las tecnologías actuales. Los resultados sugieren que este dispositivo podría convertirse en una herramienta clave para detectar problemas cardiovasculares antes de que se conviertan en emergencias médicas.

Próximos pasos: hacia la aplicación clínica

El equipo de investigación se está preparando para llevar a cabo un ensayo clínico en el Hospital Real de Adelaida. Este estudio tiene como objetivo evaluar la eficacia de la micro-lente impresa en 3D para identificar a pacientes con alto riesgo de sufrir eventos cardíacos. Si los resultados son positivos, esta tecnología podría marcar un antes y un después en la prevención y el tratamiento de enfermedades coronarias, ofreciendo a los médicos una herramienta más precisa y confiable para salvar vidas.