Thunderbolts y Suicide Squad son dos caras de los antihéroes
En el mundo de los cómics, existen equipos formados por personajes que alguna vez fueron villanos. A simple vista, podrían parecer similares, pero sus esencias son completamente diferentes. Los Thunderbolts y el Suicide Squad nacieron de ideas opuestas, con propósitos narrativos que exploran temas distintos. Mientras uno cuestiona la posibilidad de redención, el otro se sumerge en la coerción y la supervivencia.
Los Thunderbolts: ¿Puede un villano convertirse en héroe?
Los Thunderbolts aparecieron por primera vez en Marvel Comics en 1997. Originalmente, se presentaron como un nuevo grupo de héroes que surgía para llenar el vacío dejado por los Avengers. Sin embargo, el giro inesperado reveló que en realidad eran villanos disfrazados, liderados por Baron Zemo, con un plan para engañar al mundo. Con el tiempo, algunos miembros comenzaron a cuestionar sus acciones, descubriendo que ser héroes les brindaba algo que nunca habían experimentado: propósito y aceptación. La esencia de los Thunderbolts no es la obligación, sino la elección. Personajes como Songbird o Mach-I lucharon por cambiar, demostrando que incluso aquellos con un pasado oscuro pueden buscar un camino diferente.
El Suicide Squad: Supervivientes, no salvadores
Por otro lado, el Suicide Squad de DC Comics tiene un origen mucho más sombrío. Creado en los años 80, este equipo está formado por villanos encarcelados, obligados a realizar misiones suicidas para el gobierno a cambio de reducir sus condenas. No hay voluntad ni redención aquí, solo supervivencia. Amanda Waller, la líder del proyecto, no busca rehabilitar a nadie; para ella, los miembros del equipo son herramientas desechables. A diferencia de los Thunderbolts, donde los personajes eligen su camino, el Suicide Squad funciona bajo una premisa brutal: obedecer o morir.
Elección contra obligación
La diferencia principal entre ambos equipos radica en la libertad. Los Thunderbolts exploran si alguien con un pasado oscuro puede cambiar cuando se le da la oportunidad. Sus historias giran en torno a la identidad, la culpa y la posibilidad de un futuro mejor. En cambio, el Suicide Squad es un reflejo del cinismo: personajes atrapados en un sistema que los usa y los descarta. No se trata de redención, sino de pragmatismo extremo.
Adaptaciones al cine
En las películas, estas diferencias se harán aún más evidentes. El equipo de los Thunderbolts en el Universo Cinematográfico de Marvel incluye personajes como Bucky Barnes o Yelena Belova, quienes, aunque tienen historias complicadas, ya han mostrado rasgos heroicos. No son prisioneros, sino individuos buscando un nuevo comienzo. Por su parte, el Suicide Squad de DC mantiene su esencia cruda, donde la lealtad es forzada y la muerte es una posibilidad constante.
Ambos equipos ofrecen narrativas fascinantes, pero compararlos sería ignorar lo que los hace únicos. Uno habla de segundas oportunidades; el otro, de supervivencia en un mundo que no perdona.
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