En el mundo surrealista de ENA: Dream BBQ, los jugadores se encuentran con misiones peculiares desde el primer momento. Una de las primeras tareas disponibles consiste en ayudar a Shoryo, una peculiar figura con forma de caballo de madera, a recuperar a sus mascotas perdidas. Estas criaturas se han dispersado por diversos rincones del mapa, y encontrarlas requiere exploración y atención al detalle.

El comienzo de la búsqueda

Al cruzar la Lonely Door y adentrarse en el exterior, el jugador descubre un paisaje lleno de estructuras en ruinas y personajes excéntricos. Entre ellos destaca Shoryo, quien explica que sus mascotas han desaparecido dejando un rastro inusual: manchas de sangre. Aceptar su encargo marca el inicio de una búsqueda que llevará a recorrer zonas ocultas y resolver pequeños acertijos ambientales.


Localizando a las criaturas perdidas

La primera mascota se encuentra cerca del punto de partida, escondida detrás de una roca cercana a la tienda del Shaman. La segunda requiere seguir un camino de manchas rojas que conduce a los tejados de las construcciones vecinas. Para la tercera, hay que escalar una edificación en ruinas donde habita un niño de seis ojos, siguiendo nuevamente las señales de sangre.

La cuarta y más escurridiza se oculta en un laberinto subterráneo. Aunque es posible acceder a través de un edificio en ruinas, existe un método alternativo: interactuar con el taxista gigante que espera cerca de los vehículos. Al introducirse en su manga derecha, el jugador aparece directamente en la zona final del laberinto, donde solo resta seguir las marcas en las paredes.

Recompensa y significado

Una vez recuperadas las cuatro mascotas, Shoryo entrega una compensación que resulta clave para avanzar en la historia principal. Este encargo, aparentemente secundario, sirve como introducción a la mecánica de exploración y resolución ambiental que caracteriza a ENA: Dream BBQ. La disposición no lineal permite completarlo en cualquier orden, aunque la dificultad aumenta progresivamente según la ubicación de cada criatura.

La búsqueda destaca por su integración orgánica con el mundo del juego, donde incluso las misiones opcionales contribuyen a construir la atmósfera onírica y desconectada que define la experiencia. Los detalles como los rastros de sangre o los personajes excéntricos refuerzan la coherencia interna de este universo surrealista.