Locked es una peli de suspenso donde un chico roba un coche súper moderno… y queda atrapado dentro por alguien que quiere darle una lección. Lo interesante no es solo la historia, sino cómo se grabó. Todo pasa, más o menos, dentro de un solo coche. Pero eso no la hace aburrida. Al contrario: gracias a efectos visuales (VFX), cámaras que se mueven como si fueran parte de un videojuego y un montón de trabajo digital, cada minuto se siente intenso.
Cámaras por todas partes (literalmente)
El director, David Yarovesky, quería que las cámaras pudieran meterse en el coche como si fueran invisibles. Para eso, construyeron un coche con piezas que se podían quitar y volver a poner durante la grabación. Así, podían meter varias cámaras (usaron ocho RED, que son cámaras de cine pro) sin que se vieran entre sí. La idea era grabar escenas largas, sin cortes, que se sintieran reales.
Todo se ve real, pero muchas cosas no lo son
Aunque parece que el coche se mueve por la ciudad, muchas escenas se grabaron en un estudio con pantallas verdes (greenscreens). ¿Por qué? Porque grabar en la calle habría sido un lío: demasiados reflejos, coches pasando, gente, distracciones. Así que decidieron hacerlo en un lugar controlado y después crear digitalmente lo que se vería por las ventanas. También hicieron copias digitales del coche y de los actores, por si algo no quedaba perfecto y había que corregirlo.
La escena más difícil: un robo en 3 minutos y medio
Una de las primeras escenas muestra al personaje principal robando el coche. Parece una toma simple, pero fue una locura técnica. Se usaron cámaras que grababan todo en 360°, pantallas verdes colocadas con precisión, y un equipo que movía piezas del coche sin salir en cámara. Todo eso se mezcló con imágenes del estacionamiento real, escaneado con láser, para crear un fondo 100% digital que se ve como si fuera real.
Los programas detrás del show
Todo ese material se procesó con software como Houdini (para los efectos), Nuke (para juntar todos los elementos) y un sistema especial llamado Crossbow, que ayudó a organizar el trabajo entre los más de 75 artistas que trabajaron desde diferentes países. Era como un videojuego colaborativo, pero en vez de ganar puntos, tenían que lograr que cada escena quedara perfecta.
Efectos que no se notan, pero hacen toda la diferencia
Lo más loco de todo es que si nadie te dice que hubo tanto trabajo digital, probablemente ni lo notas. Y esa es la idea: que todo se vea natural. Pero detrás de cada reflejo eliminado, cada fondo que parece grabado en la calle y cada movimiento suave de cámara, hay horas y horas de trabajo de gente que sabe muchísimo de efectos visuales.
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