Está increíble historia puede decirse que empieza en 1968 cuando a Chespirito se le da la gran oportunidad de tener su propia secuencia en televisión debido a sus grandes éxitos como guionista en años anteriores. Así, tim (televisión independiente de México) le ofrece un segmento de treinta minutos, en los cuales don Roberto gomez crea dos secuencias memorables: los supergenios de la mesa cuadrada y el ciudadano Gómez al lado de Rubén Aguirre, el reconocido actor Ramón Valdés y una jovencísima María Antonieta de las nieves, que en esa época se desempeñada como locutora en of del canal. Ese fue el punto de partida pues la secuencia ganó tanto éxito que se le dio por fin un programa propio Chespirito en 1970.
Es justamente Chespirito la cuna televisiva de los dos grandes y más exitosos productos de la empresa que tomó por nombre televisa, y que tal como sus ejecutivos lo reconocen, el Chapulín colorado (1970) y el chavo del ocho (1971) fueron los programas que sirvieron de catapulta a todas las producciones mexicanas, ya que las televisiones extranjeras empezaron a interesarse más por los productos hechos en México.