Recientemente, la Fundación de Consumidores de los Países Bajos, conocida como Stichting Massaschade & Consument, presentó una demanda colectiva contra PlayStation, acusando a la compañía de fijar precios excesivos en sus juegos y contenidos digitales. Según la fundación, Sony estaría aprovechando su posición dominante en el mercado de consolas para imponer precios inflados en su tienda digital, la PlayStation Store, algo que, según argumentan, perjudica a los consumidores.


El impuesto Sony y la falta de competencia

El motivo principal de la demanda radica en lo que la fundación denomina el impuesto Sony. Este término hace referencia al hecho de que, al haber pasado los juegos de formato físico a digital, los consumidores no tienen otra opción que adquirirlos a través de la PlayStation Store, sin competencia que regule los precios. De acuerdo con la Fundación, los precios de los juegos digitales en la tienda de Sony son un 47% más altos que en otros medios, ya que, al no existir competidores directos en este espacio, los precios son fijados sin presión alguna.

El impacto en los creadores de contenido

Otro aspecto señalado por la fundación es el impacto que esta falta de competencia tiene en los propios creadores de juegos. Al ser Sony la única plataforma para la distribución digital de los juegos, los desarrolladores deben ajustarse a las condiciones impuestas por la compañía, lo que incluye aceptar precios que consideran demasiado altos. A su vez, la compañía se beneficia de la eliminación de los costos asociados a los establecimientos físicos, lo que no parece reflejarse en los precios finales para los consumidores.

Competencia desigual en el mercado digital

La fundación también señala que, a diferencia de PlayStation, otras plataformas de juegos como Microsoft y Epic Games no dependen de un único dispositivo que controle la mayor parte del mercado, lo que permite una competencia activa en términos de precios. Esto, según la fundación, les permite ajustar los precios de manera más equitativa, mientras que Sony se queda con una ventaja injusta en un mercado cada vez más digitalizado.

El futuro de la demanda y las expectativas

El caso ha llamado la atención no solo por la acusación de precios excesivos, sino también por el impacto potencial que podría tener en la industria de los videojuegos. Si la demanda progresa, podría sentar un precedente para que otras empresas del sector reconsideren sus prácticas de precios y busquen una mayor transparencia y competencia en sus tiendas digitales. Mientras tanto, la Fundación de Consumidores continuará luchando para que los usuarios de PlayStation obtengan un trato más justo en cuanto a los precios de los juegos y contenidos digitales.