Desahogo Gabo golpeado

[Gabriel Herrera]

Pues vaya coincidencia, a mí me gustan los flacos altos, sin embargo creo que hay una buena diferencia de edad, así que mejor no, ya que se desvió un poco el tema, les voy a contar una cosa que me paso, tenía unos 18 años (o 19 creo), cuando una compañera de mi generación me toco el trasero en una fiesta de la generación, cuando lo volteo a ver, ella pone una cara de vergüenza como queriendo decir fue sin querer, aunque me molesto un poco, no le di mayor importancia.

Otro caso me paso hace unos 4 meses con ¿una prima consanguinidad? (aunque físicamente no nos parecemos), la mocosa tiene unos quince años, el caso es que jugando me dió una nalgada y como es mi prima pues no me lo tomo a mal, pero cuando le vi su cara, vi una sonrisa morbosa bastante sospechosa, también en cierta ocasión cuando visitamos una presa, yo me caí y me llene de agua sucia, pues tuve que cambiarme, sin embargo ella no dejaba casi de exigirme haiga los pantalones, me los hubiera quitado frente de ella sin ningún problema, pero tanta insistencia (me lo dijo como 6 veces) me pareció sospechosa, además como estábamos en el campo alguien extraño podría verme, así que espere a llegar a mí casa.

Como pueden ver no solo a las mujeres pueden ser víctimas del acoso sexual, la diferencia es que los hombres (por su fuerza física), no nos sentimos amenazados, además psicológicamente somos diferentes, no dudo que a más de uno le agrade (aunque a mí francamente me molesto).

Siendo mujer no podía pegarle.

Vamos a polemizar un poco, en ese caso Askelmar tú eras la víctima que exigía tus derechos y ella la agresora, sí una mujer o un niño pone en peligro nuestra integridad ¿nos debemos quedar de brazos cruzados, que tal sí en vez de un teléfono hubiera sido algo peor? Yo me pregunto ¿por qué no hacer una nueva regla? A los hombres débiles no se les pega, así sí alguien de 70 kg te agrede uno se debería quedar de brazos cruzados, sin embargo creo que todos los hombres ante esa situación responderíamos ¿ustedes que opinan? Yo opino que ante nuestras diferencias está bien que exista reglas como esa, sin embargo estas pueden romperse cuando ve uno amenazado su integridad ¿Qué hubieras hecho sí la mujer, te ataca con un cuchillo y no puedes huir?
(espero que no nadie se moleste por mi comentario).

Me despido por el momento y vuelvo a reiterarte mi apoyo Cristina, que bueno que le diste una patada donde más duele (y duele bastante), era lo mínimo que se merecía, viendo tu caso casi he olvidado el mío (aunque honestamente sigo un pelín molesto). Un abrazo.

[Cristina]

Hola a todos. Yo creo que en situaciones extremas ese sistema de autocontrol se rompe en mil pedazos, creo que ante una situación de vida o muerte, el ser humano en general, no sé queda de brazos cruzados, hace todo lo posible por sobrevivir.

Gabo, vaya prima que tienes ¿seis veces te insistió en que te quitaras el pantalón? Perdona pero es que me hace gracia, es que me imagino la situación, tú ya apurado y todo, no pensaste en un momento dado que se te iba a echar encima para quitártelo ella, vaya que miedo. Askelmar que historias cuentas.

La verdad es que está vida es la hostia.

[Frodo]

Bueno sobre el tema de pegar a las chicas. Está claro que físicamente no tienen la fuerza de un hombre (algunas sí, si vierais a la monitora de mi gimnasio os cagabais de miedo y muchas se escudan en eso para tener las manos un poco largas.

Yo no soporto que ni dios me ponga la mano encima, ya sea tío, tía, niño, joven, escupe-fuego o lobo con patas de caballo. Partiendo de ahí, mi respuesta ante una agresión será como mínimo de igual contundencia que la que reciba. Esa manía de algunas chicas de soltar un tortazo a la primera de cambio no la soporto. Que me llame lo que le de la ganada, que me lo paso por el forro. Pero que ni se le ocurra agredirme.

[Kinght]

A mí también me dejó petrificado mientras lo leía, te entra un mala leche que no veas, te hace pensar el que puedan pasar cosas así, me alegro que estés bien Cristina y hayas podido superarlo. Porque como comenta Askelmar. Es muy heavy.

[Ferriz]

Pues si Cristina, lo que te pasó es algo horrible y me alegro que salieras adelante. ¿cómo puede haber gente así suelta por la calle? Qué mala hostia me entra. Yo hace unos días viví de cerca una escena de violencia doméstica y después de hablar con la chica que fue agredida aún te entra más mala leche al saber que al agresor no le pasa nada, se lo llevó la policía y el mismo día ya estaba otra vez en la calle, menuda tela de país es este. La justicia apesta.

Cosas como la de Cristina o esto que os cuento da mucho que pensar, realmente hay muchos hombres que piensan con la ostia y su pobre cultura no va más, allá, piensan que la mujer sólo sirve para guarradas y cuando se porta mal con el hombre hay que pegarle, que penoso.

[Frodo]

Hombres, mejor cerdos que dan jamones.

[Cristina]

Lo de la profesora me ha hecho recordar que una de las cosas que hice después de aquello fue, apuntarme a un gimnasio. Empecé a hacer pesas, ya que estaba muy delgada y me veía con poca fuerza, así que entrenando llegué a levantar pesos que los chicos que allí iban flipaban, vamos que me puse como un toro, recuerdo que hacía sentadillas con 100 kilogramos, no recuerdo bien, pero en pres banca también hacía una buena marca, es increíble ya no me acuerdo de cómo se llamaban los ejercicios, pero para hacer dorsales había uno que era engancharte a una barra y subir tu cuerpo, yo lo hacía de manera que cuando subía la cabeza a la altura de la barra la metía por delante, es decir, tenía unos brazos y espalda que para qué, demasiado musculada. Lo tuve que dejar y ahora nado únicamente, ya que tuve dos neumotórax espontáneos y me tuvieron que operar de los pulmones, decían los médicos que este problema lo tenían los deportistas frecuentemente y que era debido a la presión que sometías a los pulmones, yo los presionaba que daba gusto, a los pulmones y a lo que hiciera falta. Pues así me tiré años y años. Ahora estoy de light nadando y bueno, por lo menos he recuperado el aspecto de mujer. Vuelvo a tener pechos de mujer.

[Frodo]

Pues sí que te pusiste como un toro si hacías sentadillas con 100 kilos yo lo más que hago es con 150, y flipando luego para conseguir andar. Lo del pecho de mujer. La monitora de mi gimnasio lo ha arreglado metiéndose unos globos de silicona que no son normales vaya cuadro de señora, si la veis no conseguís dormir en tres años.

[Mars Attacks]

Yo ya sabéis que sin pruebas (fotografías, vídeos) no me creo nada. Y volviendo al tema, tampoco hace falta ponerse tan drásticos. De vez en cuando es bueno darse un tiempo para ver la vida de Brian y cantar aquello de mira siempre el lado bueno de la vida (o en la tercera estrofa, la vida es una historia cuando la miras [ ] mira siempre el lado bueno de la muerte. O recordar a Murphy y su ley sonríe, mañana puede ser peor. Ser felices, y cuenta, Askelmar, cuenta.

[Cristina]

Eso, eso. Cuenta Askelmar, cuenta.

[Askelmar]

Hola. Bueno. Les voy a contar algo que me paso en mí adolescencia, allá por los duros años 70 y al menos en este tema no puedo relatarlo de manera simpática. En Argentina cuando vivíamos bajo una dictadura salvaje y asesina. Todos los argentinos mayores de 35 años en adelante más o menos, alguna experiencia desagradable habrá tenido o como mínimo habrá sido testigo, sino la tuvo, la posibilidad es que haya vivido en otro país o dentro de un frasco de conserva.

Yo nací y crecí en un lugar 35 km al sur de la ciudad de Buenos Aires. Las distancias entre las ciudades y barrios es considerable y entre ellos solo existía soledad, fábricas y terrenos baldíos.

Una madrugada, mis tres mejores amigos y yo, retornábamos a nuestras casas de un cumpleaños, serían más o menos las 4 de la madrugada y esperábamos el colectivo (bus o autobús, no sé cómo lo llamaran por sus tierras) en un refugio al costado de la ruta. La fiesta había sido en un gran club que quedaba a un par de cuadras de allí. Invierno, mucho frío.

Vemos un automóvil que de manera muy lenta venia en contramano bordeando el cordón de la ruta. Nos dimos cuenta que eran o militares o policías. No nos sorprendió en absoluto pues por aquellos tiempos era normal que una patrulla te detuviese, te palpara de armas y te pidiera documentos y eso solía ser todo. El auto se detiene. Se bajan cuatro tipos gritando lo que siempre, exactamente como están pensando. Primero te maltrataban y después te pedían documentos pero eso no nos importaba ni alarmaba tampoco porque como dije estábamos acostumbrados, pero nos empezó a sorprender la violencia con la que nos palpaban de armas ya que más que eso parecía que nos estaban pegando.

Después de palparnos de armas, el que parecía ser de mayor rango, un gorila enorme tanto de ancho como de alto nos pide los documentos y allí surgió la actitud que más nos confundió pues ni siquiera los miro. Simplemente se los guardo en un bolsillo de su campera y nos ordenó ir detrás del refugio. Abel, uno de mis amigos, le pregunto para qué, y como respuesta recibió un puñetazo en el estómago.

Vamos detrás del refugio y nos ordenan correr, era obvio, querían simular que nos resistimos y que huimos, nos dispararían y después de muertos con sembrarnos unas armas bastaba. Fernando otro mis tres amigos tuvo los huevos para decirle, tartamudeando pero con la mezcla de soberbia y valentía que tienen los petisos.
: si nos van a matar no va a ser como ustedes quieran, y no sé qué más porque yo a esa altura ya estaba perdiendo el control de mi conciencia a raíz del terror que sentía. Ante esta actitud, de un pendejo de 17 años y apenas 1.60 metros, los chicos se calentaron más y lo que siguió fue una andanada de insultos y a golpes nos tiran al piso y siento en mí sien izquierda el caño del arma y el ruido del martillo, yo estaba apretando los dientes cuando siento el ruido del motor de otro auto, una frenada y un grito. Era otra patrulla que se identificaba ante la que nos había capturado. Allí nos dimos cuenta que los de esta nueva patrulla eran militares y los que nos tenían a nosotros eran policías de civil.

El militar era un teniente de quién recuerdo su apellido de cuando lo oí identificarse, se llamaba Carregal, su nombre no lo entendí.

La cuestión es que mientras tres monos nos vigilaban, el grande discutía aparte algo con el milico. Al rato se acercan y el milico nos ordena pararnos. Nos pide los documentos y sorprendidos le decimos que los documentos los tenía el grande, fue entonces que el milico se calentó y le dice al grande. Oiga usted me está tomando por pelotudo, no era que estaban indocumentados y que corrieron a la voz de alto. El grande no sé que gruño y le entrego los documentos. Él milico se hizo cargo de la situación y ordeno a los policías que se vayan y luego de hacernos las preguntas de rutina el milico se fue también.

Seguramente quienes no hayan vivido dictaduras de esta calaña, se estén preguntando: ¿pero sino estaban haciendo nada? ¿porque los iban a matar? Pues, las razones podrían haber sido varias. La primera e indiscutible es que se trataba de asesinos y con un asesino no se puede andar buscando razones, a eso le podemos agregar que podían querer hacer merito diciendo después que se enfrentaron con cuatro jóvenes miembros de alguna organización guerrillera los cuales cayeron en la acción (esto era muy común en la época) y de esa manera agregar algo notable a sus fojas de servicio.

También puede haber sido solo por deporte, vaya uno a saber. La cuestión es que nosotros tuvimos suerte pero miles de otros pibes seguramente no la tuvieron y hoy en día o son una lápida o están desaparecidos. En 1983 se acabó la dictadura y a partir de allí, a los argentinos no los matarían las balas. Tampoco los militares tienen ya poder. Pero eso no significa bajo ningún punto de vista que estemos mejor. Ahora la muerte sobreviene a los pobres y débiles de manera más sutil e indirecta. Los políticos de la democracia son tan asesinos como los militares solo que como sus víctimas mueren de hambre, falta de medicamentos, desprotecciones de todo tipo que hacen que esas muertes parezca ser por causa natural y no sé equivocan, es natural que te morirás sino comes, no te médicas, no te educas, no, no, y muchos no.

Fue la catarsis de Askelmar. Gracias por leerla, la próxima será más divertida, a mis 85 años se acumulan muchas historias.

[Gabriel Herrera]

Santa madre de dios Askelmar, yo tenía ganas de seguir comentando de mi prima morbosa y de la musculatura de Cristina, pero por respeto no lo haré (por ahora), menos mal que fuiste de los afortunados que salieron con vida a ese incidente, gracias a dios nunca he vivido una situación tan gruesa, aunque en México del siglo XX, (después de la revolución), no tuvimos ninguna dictadura militar (era otro tipo de dictadura), ciertamente hubo casos como los que mencionas la guerra de los Cristeros (una guerra del gobierno de calles contra la iglesia en los años 20), en los años 70 hubo movimientos guerrilleros en guerrero, y claro está la matanza de los estudiantes en la plaza de las tres culturas (Tlatelolco, ciudad de México 196, pero todo eso lo sé porque lo he escuchado o lo he visto en los libros, yo nací en 1979 y gracias a dios todo eso había quedado atrás, debió haber sido una experiencia horrible vivir en un gobierno de terror. Un abrazo.

[Cristina]

Ostras Askelmar, pero que fuerte. Santa madre de dios bendito, y mira que en la situación que vivimos aquí en Euskadi hemos tenido que ver cosas. Este mundo está lleno de basura por todas partes. ¿podrá el ser humano algún día vivir en santa paz de dios?

[Mars Attacks]

Eh, pues muchas gracias por haberlo contado. No sería justo que historias como ésta se queden en la memoria de una persona. Ya sabéis, olvidar es estar condenado a repetir (y desconocer, como es mi caso, también).

Y Gabo, no te cortes la historia de antes quita el hambre, pero es un buen ejercicio de inteligencia emocional aprender a reponerse cuanto antes de estos malos tragos.

Yo me siento un poco voyeur aquí, nunca me ha pasado nada serio con nadie. Lo más grave que recuerdo fue una bofetada de un maleducado en séptimo u octavo de E.G.B. Aprovechando que estábamos solos (normalmente la gente me tiene mucho aprecio y de haber estado con alguien se lo hubieran comido con patatas, de hecho luego se ofrecieron a darle una paliza por mí pero les hice desistir, no tenía sentido). Así que, comparado con vuestras historias para no dormir, lo único que puedo hacer es escuchar muy atentamente. Saludos, terrícolas.

[mikimoto]

No tengas tanta confianza ni en ti mismo y mucho menos en los demás, porque puede que la realidad sólo tenga esa forma y no el fondo, y que el aterrizaje sea más doloroso de lo que imagines.

Lo digo por experiencia y no sólo en el tema de peleas, sino en un sentido mucho más genérico.