Bueno, esto se ha convertido en un diálogo de sordos. Así pues, he decidido sumarme a el esperando no ser escuchado. Llevo utilizando Linux desde el año 1994. En aquel entonces debíamos hacerlo todo a mano bajando muchas veces los paquetes fuente y compilando todo. En esos primeros momentos tardé semanas en configurar completamente la distribución (una slackware). Ahora es totalmente distinto, se ha evolucionado mucho. Estoy muy contento con mi elección, en casa utilizo Linux exclusivamente desde 1996 (en el trabajo uso lo que me dan, que puede ser Windows, Mac OS o Linux indistintamente (trabajo en una empresa de software pequeñita, que también hace cosas para el software libre).
Veo que algunos nuevos usuarios de Linux están enfervorizados con él, lo entiendo, a mí también me pasó al principio. Sin embargo, eso les lleva a cometer imprecisiones de bulto. En mi opinión en el mundo del software no existen programas superiores o inferiores. Y desde mi punto de vista Windows no es peor que Mac OS ni que Linux ni existe ninguna jerarquía en ellos.
Un software es bueno cuando a su usuario le sirve en el trabajo y le facilita la vida. Y no lo es tanto cuando al usuario se la complica. Por eso cada usuario es libre de elegir que herramientas va a utilizar. Los usuarios que han optado por Windows tienen sus razones, tan respetables como los expuestos por algún acalorado del software libre que ha escrito en este foro.
He leído en este hilo que Windows se cuelga, eso me pasaba con el Windows 95, con el XP no tengo esa experiencia. Dicen que Windows tiene un montón de errores (bueno esto es cierto, pero hay un pero). Hasta la fecha Windows se las ha tenido que ver con una legión de principiantes informáticos que le han retorcido las orejas. Veremos cómo reacciona Linux con la avalancha de novatos que se le está viniendo encima, porque os recuerdo que Linux también tiene un montón de errores y además no hay opción para meter el disco e instalar drivers (que eso los novatos lo saben hacer también).
Como he escrito antes, mi elección ha sido y sigue siendo Linux, pero ya no me molesto en proclamar sus virtudes. No me parece ni medio ético el intentar convertir y convencer a todo el mundo de las bondades del software libre (ni de las de cualquier otro software). A mí un programa me puede parecer bueno o correcto porque solventa mis problemas y otro software quizá no, pero nunca manifestaré que es una porque a mí no me sirva.
En resumen: cada uno que elija la herramienta que más útil le sea y dejad ya la demagógica libertad del software o lo malvados que son los monopolios informáticos. Hay que trabajar más y hablar menos. Un abrazo.