Esto es lo que te decía. Ya es la segunda vez que me dices lo mismo. Sin más intención que la de descalificar mis opiniones.Pero tío, de verdad que no importa. Pensé que podría llegar a aprender algo de ti en otros hilos, pero me doy cuenta de que realmente no eres lo que me había parecido que eras. Me he equivocado.
Hombre, ten claro que yo no he pretendido en ningún momento enseñarte cosas. Aunque soy de los que piensa que se puede aprender de casi todo.
Pero te voy a preguntar algo, sinceramente ¿tu crees que, a mí me importa saber si aprendes o no cosas de mí? ¿y crees que le importa al resto del foro? Son cosas que te podrías ahorrar perfectamente. Pero son parte de la dialéctica de tu discurso.¿si fueran más objetivas o imparciales? Claro. Debe ser que tú eres el vivo retrato de la imparcialidad. Por favor. Antes de reprochar a los demás, date un repaso.En cuanto al miedo, me refería a ti, tus opiniones me dan miedo. Y me dan miedo que te aferres a ellas con la fuerza con la que lo haces. Si fueran más objetivas e imparciales. Me causarías otra cosa. Pero lo siento. No es el caso.
Y no puedo creer que te de miedo que me aferre a mi opinión con fuerza. Por dios. Lo primero, porque simplemente opino con mi estilo al escribir, sin más. Lo de aferrarme con fuerza no sé por qué lo dices. Sera porque discrepo de ti supongo. Otros se pasan el hilo descalificando al que no piensa igual, o ignorándolo, y no pasa nada, eso a ti no te debe dar ningún miedo.
Tu miedo es injustificado. Probablemente lo que te de miedo, es leer opiniones diferentes. Porque tú posición se siente amenazada. O vaya usted a saber.
Yo puse un ejemplo de Miguel Bosé que aquí viene de perlas.
Él tenía mucho miedo de que saliese el PP, hasta el punto de afirmar públicamente que se tendría que marchar del país (sería que aquí no había papel higiénico suficiente). El PP salió, y que sucedió, se marchó? No. Se forró de dinero con un programa en la televisión estatal.
Como ves, cuando habláis de miedo, lo que en realidad estáis intentando decir, es que el discurso que no sigue vuestras mismas ideas, no solo es equivocado, sino terrorífico, potencialmente dañino. Es una forma de asustar a los demás para que no hagan caso a otras ideas, y sigan a pies juntillas las vuestras, que son las buenas y las únicas. Y a la hora de la verdad, esa mieditis, queda en clara evidencia. Porque se demuestra que hay otras ideas que también son validas.
En democracia hay que ser más valiente y menos miedoso.