Aunque todo lo que voy a escribir se puede aplicar a muchas otras facetas de la vida, voy a dirigirlo especialmente al ámbito en el que nos movemos en este foro. Vamos, allá:
Probablemente todos los que hemos empezado en el mundillo del 3d tenemos en común los primeros pasos de crear escenarios muy simples compuestos de dos o tres primitivas (alguna de ellas tal vez deformada) con un material sencillo aplicado, y nos hemos dicho de aquí a la il&m. Los que han perseverado en el tema seguro que han ido avanzando a base de hacer tutoriales, leer la documentación o, simplemente, mediante ensayo y error, y mucha, mucha practica.
Indefectiblemente llega un punto, un momento en este andar, en el que pensamos que comenzamos a ser muy buenos (o incluso que somos la historia caña), le enseñamos lo que hacemos a nuestra madre o algún colega, y se deshacen en elogios: oh, que alienígena tan chulo.
Luego llega el día. No, mejor, el día. Es un día fatídico, pero también es un gran día, si eres suficientemente listo. Es el día en el que te registras en un foro y enseñas tu trabajo.
Es un día fatídico porque si tu escena siguen siendo cuatro primitivas ahuevadas con una textura simple, lo más seguro es que nadie o pocos contesten a tu estupenda presentación del trabajo. Nada de halagos, nada de oh, que alienígena tan chulo. Probablemente, si has preguntado ¿Qué tal esta? Nadie tenga el suficiente estómago para decirte la verdad: chaval, está todo mal. No es agradable quitarle la venda de los ojos a alguien a quien se le intuye verdadera pasión en este mundillo.
Pero puede ser un gran día, porque seguramente alguien te dirá (y si no, ya te lo digo yo) todo camino comienza con un primer paso. Está todo mal, sí, pero no te preocupes. Sigue practicando, incluso, aunque ha ti no te parezca que esta todo mal. Cuando lleves un año modificando primitivas, echa la vista atrás y vuelve a ver tu primer trabajo. Seguro que *ahora* tú mismo te das cuenta de que estaba todo mal. Y ahí es cuando puedes empezar a vislumbrar que, incluso ahora, incluso un año, dos años, o cinco años después, sigue estando todo mal, pero que no eres capaz de verlo porque aún no sabes lo suficiente, aún no has llegado hasta ahí.
En ese punto, seguramente lo que hagas ya obtendrá más críticas, del estilo de esa articulación se dobla como si fuera de goma o el material tiene demasiado brillo especular. Eso significa que sigue estando todo mal, pero que vas en buena dirección.
Pero se pueden cometer dos errores de base: el primero, dudar de la capacidad de quien recibes la crítica a partir de sus trabajos. El segundo, mucho más grave, creer que ya se es (o alguna vez se fue) el mejor, o incluso creer que ya se es (o alguna vez se fue) bueno.
Se suele caer en el primer fallo sobre todo al principio, cuando te crees inmejorable y alguien te contraría. Sabrás que has caído en ese primer fallo si alguna de tus respuestas es tú no sabrías hacerlo mejor o yo hago las cosas a mi manera y esta perfecto así.
Para solucionar el segundo fallo, no hay nada como escuchar a los que de verdad son grandes: no subestiman una crítica acertada, venga de dónde venga, y pese a que son conscientes de que ya tienen cierto nivel, nunca pretenderán haber recorrido ya el camino. Su grandeza reside en saber que les queda mucho por saber.
El mejor consejo que se le puede dar a alguien que se ha llevado el primer encontronazo es que olvide todo lo que creía saber sobre todo. Que abra bien los ojos y los oídos, porque en este foro se puede aprender muchísimo incluso sin abrir el programa de 3d. No eres el mejor, y ni siquiera eres bueno. Pero con la actitud adecuada (absorber todos los conocimientos y metodologías posibles del foro, de tutoriales, de la ayuda del programa, de manuales, de ver cómo trabaja otra gente -incluso los que aún son peores que tú te pueden dar muchas sorpresas-) y sobre todo mucha practica, _tal vez_ algún día tu trabajo tenga su sitio en el hall de la fama, y aspires a una flamante motosierra de oro.
Si acaso llegara ese día y alguien te dijera que eres el mejor, no estará de más que le obsequies con esta gota de sabiduría, que nunca deberías olvidar.
En el patio del templo, el alumno preguntó:
-Maestro, ¿cuánto tiempo me llevará aprender?
Y el viejo junto a el le respondió serénamente:
-Hijo mío, si practicaras toda tu vida, aún estarías a mitad de camino.