Los dioses cambiantes es el título de un cortometraje realizado por el artista Lucio Arese. Lucio lleva tiempo interesado en simulaciones de destrucción, optó por hacer pruebas en escaneos 3D de estatuas antiguas.
Avanzando el concepto, y apreciando los resultados obtenidos, decidió convertir estos ensayos en un cortometraje dándole al mismo tiempo un significado filosófico.
Lucio Arese quiso escenificar el acto de destrucción, alegóricamente, como un proceso incierto oscilando entre la aniquilación negativa y la creatividad positiva, la lectura sigue abierta a los ojos del espectador, evocando también el fin de algo, la noción del ciclo o el comienzo de una nueva era.
O, sencillamente, viendo algo fascinante.
Todo esto se llevó a cabo durante el segundo encierro invernal italiano vinculado a la pandemia Covid-19, en aislamiento casi total, de noviembre de 2020 a marzo de 2021.
La dificultad del proyecto era obviamente iterar una y otra vez hasta obtener el resultado deseado, y encontrar un buen compromiso entre la calidad de renderizado y el tiempo de render.
Al final, Lucio Arese logró mantenerse por debajo de los 10 minutos por fotograma, en calidad 4K.
Los escaneos son del Statens Museum for Kunst (SMK), ubicado en Dinamarca, que la institución ha puesto online bajo licencia gratuita.
Los dioses cambiantes es un cortometraje CGI que representa la destrucción y el colapso de antiguas estatuas griegas y romanas.
Un día me topé con un modelo en 3D de Laocoon y sus Hijos del Museo Statens de Dinamarca para Kunst y tuve la idea de emplear escaneos en 3D de estatuas clásicas antiguas en esas pruebas. Empecé a trabajar en el tema de una manera muy extensa y exhaustiva.
Ha sido muy fascinante trabajar en el colapso artificial de estas antiguas obras maestras, tanto desde el punto de vista estético como técnico.
Me ha intrigado visualmente la belleza estática y milenaria de esas estatuas que de repente se ponen en movimiento por un evento físico, el impacto de una bala.
También ha sido un trabajo minucioso en detalles y toneladas de pruebas continuamente haciendo y rehaciendo cosas.
El proyecto ha crecido hasta un punto mucho más allá de una simple obra en 3D, y al final usé mis propias sugerencias para crear un cortometraje con un significado filosófico.
Quería representar el acto de destrucción alegóricamente como un proceso incierto oscilando entre la aniquilación negativa y la creatividad positiva, legible en muchos niveles y dejado abierto al espectador a discernir.
Me gusta la idea de que cada uno pueda dibujar su propia interpretación de esta obra junto con la emblemática cita final del Zarathustra de Nietzsche.
Podría representar el fin de algo, una transformación, un ciclo, una reevaluación de los valores establecidos, el comienzo de algo nuevo o simplemente algo misterioso.
Nocturne op. 27 n. 2 por Fryderik Chopin fue la contraparte musical perfecta. Es una de sus piezas más hermosas.
Su íntima y dulce melancolía opuesta a la brutalidad cinética de las estatuas que se disgregan crea un contraste que da fuerza y delicadeza, energía primitiva y decadencia al mismo tiempo.
Más información sobre el autor del cortometraje en su web.
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