La motivación como motor de la productividad
Mantener un nivel adecuado de motivación es clave para lograr ser productivo tanto en el ámbito laboral como personal. Cuando la procrastinación se convierte en un obstáculo constante, muchas personas sienten que avanzar en sus tareas resulta un desafío. Sin embargo, la ciencia demuestra que pequeños ajustes en nuestra forma de abordar las tareas pueden ayudar a generar la energía necesaria para mantenernos enfocados y cumplir con nuestros objetivos.
Empezar es el primer paso
Uno de los enfoques más sencillos y efectivos para evitar la procrastinación es comenzar una tarea, aunque solo sea por un breve periodo de tiempo. Según el profesor Manu Kapur, este acto inicial pone en marcha un proceso mental que reduce las distracciones y permite que el cerebro se concentre en lo que queda por hacer. Una vez iniciado, el cerebro se orienta de manera automática hacia la finalización de la tarea, lo que disminuye la tentación de desviarse hacia otras actividades.
La importancia de dividir las tareas
En muchas ocasiones, la razón detrás de la procrastinación es la percepción de que una tarea es demasiado grande o compleja. En lugar de enfrentarse a ella como un reto único, es recomendable desglosarla en pasos más pequeños. Esta técnica está respaldada por estudios realizados por psicólogos como Teresa M. Amabile y Steve J. Kramer, quienes descubrieron que el progreso, aunque sea pequeño, es un factor crucial para mantener la motivación. Cada pequeño logro incrementa la sensación de recompensa, lo que motiva a continuar avanzando hacia la meta.
Mirar hacia atrás para mantener el enfoque
Cuando la motivación comienza a decaer en medio de una tarea, es útil dar un paso atrás y reflexionar sobre el trabajo ya realizado. Este enfoque, conocido como el "efecto gradiente del objetivo", sugiere que la motivación tiende a aumentar a medida que nos acercamos a la meta. En lugar de centrarse en lo que aún queda por hacer, recordar todo lo que se ha avanzado puede proporcionar la energía suficiente para seguir adelante. Este fenómeno es ampliamente reconocido en la psicología de la motivación, y se ha demostrado que ayuda a mantener un enfoque constante durante los últimos tramos de un proyecto.
La falacia del coste hundido
Un concepto importante en la psicología de la motivación es la "falacia del coste hundido", un sesgo cognitivo que se refiere a la tendencia a seguir invirtiendo tiempo, dinero o esfuerzo en una tarea simplemente porque ya hemos dedicado recursos a ella, aunque no tenga sentido continuar. En el ámbito laboral, esto puede manifestarse cuando alguien persiste en un trabajo o proyecto que ya no le satisface, solo por el hecho de haber invertido tanto en él. Sin embargo, es fundamental recordar que los esfuerzos pasados son valiosos, no por lo que representan en términos de tiempo perdido, sino por la experiencia y conocimientos adquiridos que pueden aplicarse en nuevos proyectos.
El impulso del esprint final
Al igual que un corredor de maratón experimenta un aumento de energía en los últimos kilómetros de la carrera, las personas también suelen encontrar una motivación adicional a medida que se acercan al final de una tarea. Este fenómeno, conocido como el "esprint final", es una respuesta natural del cerebro que busca concluir lo que ha comenzado. Aprovechar este impulso final puede ser una de las maneras más efectivas de garantizar que una tarea se complete con éxito. El deseo de finalizar, incluso cuando parece que ya hemos agotado todas nuestras energías, es una motivación poderosa que ayuda a cerrar el ciclo de la tarea de manera satisfactoria.
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