En un rincón silencioso de una tienda de lujo, un par de zapatillas vive sin saber que el mundo es mucho más amplio que su cómoda caja de terciopelo. Ty, una zapatilla de diseño, ha pasado su existencia en esa aparente seguridad, sin cuestionarse lo que hay más allá del cartón, el fieltro y los focos dirigidos. Sin embargo, su vida da un giro inesperado cuando su hermana, Maxine, es robada por un misterioso coleccionista que no ve en los zapatos recuerdos, historias o utilidad, sino meros objetos de exhibición.
Una misión de rescate inusual
El viaje de Ty comienza no con pasos firmes, sino con dudas. Nunca ha tocado el suelo, nunca ha sentido el viento o el concreto bajo su suela. Pero la desaparición de Maxine lo empuja a enfrentarse a ese mundo del que solo había oído rumores entre los estantes. En ese trayecto descubre que cada zapato, cada modelo, tiene su propia historia: unos han corrido maratones, otros han pisado escenarios, algunos simplemente han acompañado caminatas cotidianas. Todos tienen algo en común: fueron hechos para moverse.
Objetos con alma y preguntas sin respuesta
Una de las conversaciones clave del relato surge entre los mismos zapatos, que se preguntan si su destino ideal es ser usados o preservados como piezas de museo. Algunos defienden que el valor real está en la experiencia, en las marcas que el tiempo deja. Otros creen que su propósito es la perfección, mantener intacta su forma para siempre. Este dilema, más profundo de lo que parece, refleja una tensión real: ¿se pierde algo cuando se usa un objeto, o se gana todo cuando se le permite cumplir su propósito?
Una comunidad diversa de voces
La historia está contada a través de una amplia variedad de voces, todas aportando matices distintos al relato. Desde figuras reconocidas del cine y la música hasta talentos emergentes, cada personaje tiene una personalidad clara, lo que contribuye a que el mundo animado cobre vida. Esa diversidad se traslada también a los estilos y entornos que Ty va descubriendo, desde laboratorios de coleccionistas hasta calles vibrantes donde los zapatos no se guardan, sino que bailan, corren y saltan.
Entre bastidores: un trabajo global
La película es el resultado de una colaboración internacional. Mientras que el desarrollo visual y narrativo comenzó en Toronto, la animación tomó forma en Mumbai. Este esfuerzo colectivo no solo muestra el alcance global de la animación contemporánea, sino también cómo los relatos pueden unir sensibilidades de distintas partes del mundo. Al final, lo que se cuenta es una historia sencilla: la búsqueda de alguien que importa y la transformación de uno mismo en el proceso.
El valor de moverse
Ty no encuentra respuestas absolutas, pero sí comprende algo esencial: vivir es actuar, arriesgarse, tropezar y seguir adelante. Como le dice un personaje: No naciste para estar en una vitrina. Esa afirmación resume el corazón de la historia. Los zapatos, como las personas, solo encuentran sentido cuando se usan, cuando participan en la vida. No se trata de conservarse intactos, sino de dejar huellas.
Una aventura con paso firme
Así, Sneaks no es solo una película de animación sobre zapatos que hablan. Es una historia sobre lo que significa ser útil, sobre los lazos que nos unen y la importancia de no quedarse quieto. Porque incluso aquellos que han vivido siempre en una caja, pueden descubrir que el mundo está lleno de caminos por recorrer.
|Agradecer cuando alguien te ayuda es de ser agradecido|