No sé si será un tema demasiado polémico, y no sé si Shazam acabara cerrándolo. Pero hoy me apetecía comentar algo sobre este tema. Si acaso, se borra el hilo y ya está.
Me asusta ese famoso manifi esto masculino que ronda por doquier. Me asusta que lo lean los adolescentes y maduren creyendo que es cierto. Me asusta que reduzcan al ser humano a una serie de reacciones automáticas. El ser humano, hombre o mujer, es maravillosamente complejo, es un milagro de la naturaleza, y recurrir a la simpleza para describirlo me parece que es propio de personas que no se conocen a sí mismas, y que por lo tanto, no se molestan en conocer a los demás. Si una persona se conoce a sí misma, si explora sus emociones, sus reacciones, sus sentimientos y sus razonamientos, si analiza el funcionamiento de su cerebro, el modo en que conecta las ideas, el modo en que recoge los estímulos, lo sintetiza y el modo en que posteriormente reacciona a ellos. Si una persona, hombre o mujer, se conoce a sí misma, dudo de que afirme que es simple.
Observaréis que hablo de personas, no sólo de hombres y sólo de mujeres. Y esto es porque creo que hay tantos hombres como mujeres que no tienen la menor intención de conocerse a sí mismos. Este tema no es para ellos. Más que nada porque no entenderán nada de lo que digo y lo tergiversaran todo, creyendo que este es un hilo feminista radical o algo similar.
Voy a comentar el famoso manifiesto ese (lo detesto, pero todo sea por evitar que alguien que está aprendiendo a ser persona se crea los tópicos que marca), intentando traducirlo al modo en que, desde mi humilde punto de vista, lo vería una persona que sí se conoce a sí misma y a los demás. Una persona racional y razonable.
1. si piensas que estas gorda, muy probablemente sea cierto. No preguntes. Me negaré a responder. Y las basculas no mienten ni están desajustadas. Para eso las inventaron, para pesar.
Cuando una persona que quiere sentirse importante para mí me pregunta si esta gorda, sé que no quiere un punto de vista objetivo. Sea hombre o mujer, no querrá que le muestre la tabla de pesos ideales, querrá que le diga que para mí es guapo/a, sexy o lo que sea. Esta persona ya sabe que existen las basculas, si me lo pregunta a mí es porque desea sentirse apreciado/a. A veces tenemos miedo de mostrarle a alguien que lo apreciamos. Si es eso, analízate. No cuesta tanto decir estas guapísimo/a.
2. Si quieres algo, pídemelo. Dejemos esto en claro: los hombres somos simples. Las indirectas sutiles no funcionan. Las indirectas directas no funcionan. Las indirectas muy obvias tampoco funcionan. Por lo tanto, di las cosas tal como son.
Cualquier persona, hombre o mujer, recurre a veces a las indirectas. No es una manera madura de pedir cosas, pero a veces se recurre a ella. Si no funcionan, no es porque no las detectemos (que sin duda lo hacemos), sino porque decidimos que haremos caso cuando la otra persona nos exponga claramente su petición, que es, ciertamente, lo que debería hacer. El no hacer caso de las indirectas habiéndolas captado no es de personas simples, sino de personas que esperan una comunicación clara y directa. Lo ideal es que nosotros también expresemos nuestra petición: dilo claramente. Pero a veces no nos apetece, y entonces queda el mensaje oculto en nuestro silencio. Sobre estos mensajes ocultos bien uno de los siguientes puntos.
3. Si haces una pregunta para la que no quieres respuesta, no te extrañe recibir una contestación que no quieres oír.
Totalmente de acuerdo, valido tanto para hombres como para mujeres. Pero nada que ver con la simpleza. Simplemente ocurre que a veces la verdad duele y uno no está preparado para escucharla.
4. Somos simples. Si te pido que me pases el pan, por favor, sólo quiero decir eso. No te estoy reprochando que no está puesto sobre la mesa, ni estoy insinuando que preferiría tortillas. No hay segundas intenciones ni mensajes ocultos. De verdad, todos los hombres somos simples.
Los mensajes ocultos son el medio al que se recurre cuando no somos capaces de decir claramente lo que queremos, al igual que las indirectas. Cualquier persona recurre a ellos en alguna ocasión. Los maltratadores, por ejemplo, lo hacen con frecuencia, esperan que la mujer les lea el pensamiento, y si no lo hacen, la castigan psicológica o físicamente. Estas mujeres cumplen el punto 4 de arriba a abajo, pese a que un maltratador no es en absoluto simple. Creo que este punto cuatro es muy peligroso, porque excesivos mensajes ocultos vuelven a uno/a paranoico/a.
5. Somos simples. No hace falta que preguntes en que estoy pensando. El 96.5% de las veces será en sexo. Y no, no es que seamos unos marranos pervertidos, es simplemente lo que más nos gusta, ya que desgraciadamente, somos simples.
El tipo de preguntas de en que piensas se suelen hacer para conocer a la otra persona. Cuando ya te conozca muy bien, podré adivinar en que estas pensando con sólo ver la expresión de tu rostro. Creo que este es un momento muy bonito en una relación. Si nunca me lo dices ni me lo preguntas, seremos toda la vida dos desconocidos.
6. A veces no estoy pensando en ti. No pasa nada. Por favor, acostúmbrate a eso. No me preguntes en que estoy pensando, a menos que estés lista para hablar de temas como política, economía, fútbol o coches deportivos.
Hoy en día, cualquier persona independientemente de su género esta lista para hablar de estos temas, si es que le gustan. Conozco a tantos hombres como mujeres a los que les gusta el fútbol y la política. Y supongo que, cada vez se igualara más la cifra. Escapar de las tradiciones lleva tiempo.
7. Domingo = parrillada o pizza = amigos = cervezas = fútbol en la tele. Esto es como la luna llena o la marea. No se puede evitar.
Basta proponérselo para evitarlo. Afortunadamente, todas las personas estamos preparadas para variar nuestras rutinas en ocasiones, y no es especialmente traumático.
8. Ir de compras no es divertido, y no, nunca voy a considerarlo de esa manera. Mucho menos si no sé ni siquiera lo que ando buscando.
Todas las personas tenemos opiniones particulares sobre lo que encontramos divertido o no. No creo que sea motivo de conflicto si uno se sabe adaptar y no intenta obligar al otro a nada. No me parece que sea una cuestión ni de ser simples ni de género.
9. Cuando tengamos que ir a alguna parte, absolutamente cualquier cosa que te pongas está bien. De verdad.
Creo que ha ninguna persona le gusta ser el único que se disfraza en una fiesta. No tiene nada de malo dar la opinión a quien te pregunta. Sé que a veces nos molesta mucho la inseguridad de quien nos pregunta y que parece que nos cuesta darle nuestra opinión, pero esa inseguridad no se soluciona mandando a esa persona al carajo, sino dándole confianza. Es increíble cómo muchas personas se vuelven más seguras con uno o dos Pyro pues al día. Yo no lo veo tan terrible, pero habrá quien considere que la inseguridad es condenable.
10. Tienes suficiente ropa. Tienes demasiados zapatos. Y las ofertas de ropa no son verídicas. Nadie te regala nada. Nadie.
Todo el mundo es víctima de las ofertas. Es parte de la complejidad del marketing. Nadie puede escapar completamente de él. Por otro lado, todo el mundo tiene demasiado de algo, incluso los más desfavorecidos, que lo que tienen es demasiada hambre, pobres.
11. Llorar es chantaje. Así de sencillo.
A veces el llanto es una forma de manipulación, ciertamente, y aquí sí que tengo que admitir que es muy propio de las mujeres. La manipulación no tiene nada de sencillo, puede ser muy peligrosa. Os recomiendo el libro de los manipuladores, de isabelle nazare-aga. Interesante, se aprende a detectar la manipulación de una forma increíble. Huelga decir que hay tantos manipuladores hombres como mujeres. Pero antes de juzgar que es manipulación, aseguraros, por favor. Quizá es sólo frustración. Hablando se entiende la gente.
12. El salón de belleza no es lugar para los hombres. Para eso hay peluquerías. Además, no hay corte, tinte o peinado que valga lo que ustedes pagan, para que luego se quejen de que no les gustó y paguen el doble por corregirlo.
Ahora hay salones de belleza para todo el mundo. Pero totalmente de acuerdo en que los precios son desorbitados.
13. La mayoría de los hombres tenemos tres pares de zapatos. Insisto somos simples. Por lo mismo, ¿Qué te hace pensar que sirvo para decidir cuál par de los treinta que tienes se te ve mejoré.
Todas las personas tenemos la capacidad para dar nuestra opinión sobre algo que vemos, aunque a veces no nos apetezca dedicarle tiempo. Si no te apetece dedicarle tiempo a tu pareja, pregúntate por que y comunícate.
14. Respuestas sencillas como un si o un no, son perfectamente aceptables para cualquier pregunta.
Sólo a veces. Observa a quien pregunta. Si su actitud es de que espera que te explayes, hazlo. El esfuerzo por comunicarse (a veces cuesta) nunca cae en saco roto. La comunicación es la base de cualquier relación. Una relación no se sustenta con síes y noes.
15. Acude a mí con un problema sólo si quieres ayuda para resolverlo. Para eso sirvo. No me pidas empatía como si fuera yo una de tus amigas.
Si yo observo que una persona no se siente feliz cuando le ofrezco una solución, entonces intento empatizar con ella y limitarme a escuchar. No pasa nada, sólo hay que esforzarse un poco más. De nuevo, es parte del proceso de aprender a comunicarse. La comunicación no es algo simple, hay que aprender a hacerlo. Aunque no lo parezca, cualquier persona razonable puede aprender a dejar de ofrecer soluciones a destajo y escuchar, y viceversa. Aprender a comunicarse es algo maravilloso.
16. Un dolor de cabeza que dura 17 meses es un problema. Que te vea un médico. En comparación, una uña con el esmalte corrido, o una pantimedía jalada no son un problema. Créeme que los hombres, simples como somos, lo último que vemos en una mujer son sus uñas. Quien te diga lo contrario miente, o te lo dice para ver si así logra lo que en realidad pretende el 96.5% del tiempo.
Un dolor de cabeza que dura 17 meses es, ciertamente, un problema de la pareja, y sin duda requiere comunicación y psicología, no un médico. Y lo que cada persona considera que es un problema es tan variable que no se puede enumerar. No depende de ser hombre o mujer, depende de intereses personales particulares de cada ser humano.
17. Si algo que dije se puede interpretar de dos formas distintas, y una de ellas hace que te entristezcas o te enojes, mi intención era decir la otra.
Sólo a veces. Sea como sea, hablando se entiende la gente. De nuevo, la comunicación como base es fundamental. Si realmente quieres que la otra persona, sea hombre o mujer, te entienda, hazte entender expresándote lo mejor que puedas.
18. Todos los hombres vemos nada más 16 colores. Manzana y durazno son frutas, no colores. Por cierto, ¿Qué diablos es el color fucsia? Es más, ¿cómo carajo se escribe?
No conozco a ninguna persona que, cuando no sabe el nombre de un color, no busque un objeto con un color similar para ilustrar a la persona con la que bien. En realidad, el color dorado, por ejemplo, empezó siendo el color oro, y seguro que todo el mundo sabe que color es ese. Todo se aprende. El aprendizaje es la base de la vida.
19. La cerveza nos emociona tanto como a ustedes los bolsos.
Yo en esto no puedo opinar, porque soy de la liga anti-alcohol y además, no me emocionan los bolsos. Pero supongo que, hay gente para todo, hombres y mujeres. Siempre hay gente para todo.
20. Fumar un buen puro es tan disfrutable como tener una buena sesión de sexo. Así que no me arruines el momento pidiéndome que lo apague.
A cualquier persona, hombre o mujer, le puede molestar el humo y el olor del tabaco, además de que perjudica su salud. No nos centremos en nuestro propio placer. Si estamos con alguien, prestemos atención a sus necesidades también. El punto 20 no es simpleza, es egoísmo.
21. Si te pregunto si pasa algo malo y tu respuesta es no, nada, te creeré y reaccionaré como si nada malo pasara. No buscaré otro significado, pues mi pregunta fue clara y directa.
Mucha gente contesta no, nada cuando le pasa algo, sea hombre o mujer. Si el tono es brusco, sin duda pasa algo, y si eliges reaccionar como si nada malo pasara es cerrar los ojos a un problema. Está claro que tienes toda la libertad de hacerlo. Pero, tanto si eres hombre como si eres mujer, no digas que no te has dado cuenta. Eso es hipocresía. Tú eliges: puedes insistir preguntando, mostrando interés, hasta que la otra persona se exprese (y no, eso no significa ser un/a arrastrado/a, significa querer aclarar las cosas), o puedes esperar a que se calme para hablarlo tranquilamente. Pero esquivar el problema no suele ser buena idea. De nuevo, la comunicación es esencial.
22. No me preguntes si te quiero. Ten la seguridad de que, si no te quisiera, no estaría contigo. Y obviamente, tampoco es necesario que trates de averiguar cuanto te quiero.
No pasa nada por contestar a alguien que sí, que le/a quieres. De verdad, la única consecuencia es que le harás un poco más feliz. Y huelga decir que hay muchos motivos por los que una persona esta con otra, y no son amor necesariamente. Si te da pereza decirle que le/a quieres, pregúntate por qué.
23. La simpleza del hombre radica en que es un animal instintivo. La mujer es un ente emocional. No le pidas peras a un manzano.
El perro tal vez sea un animal instintivo (y lo digo con reservas). El ser humano, como dije antes, es un ser profundamente complejo, con un cerebro lleno de misterios y con una capacidad emotiva y racional sin límites. El ser humano es fascinante por su complejidad, no se puede renegar de ella sin degradarse.
24. Regla genérica: ante cualquier duda sobre nosotros, piensa siempre lo más sencillo. Recuerda, somos simples.
Ningún ser humano que se precie se enorgullece de no saber pensar. El ser humano tiene una mente que puede proporcionarle una riqueza de pensamientos indescriptible. Por favor, sentiros todos/as orgullosos/as de ser personas, es lo mejor que podréis llegar a ser. Saquemos partido a nuestras posibilidades, aprendamos a observar, a escuchar, a comunicarnos. El afirmar ser simple es un recurso pobre de los que no quieren esforzarse en ser personas con todo lo que ello implica.