Por cristo, nuestro señor. Una cámara entra a una iglesia. Ponle, que se yo, interior-iglesia-día. (Especificaciones de la iglesia) ella debe de ser pomposa, exuberante, lujosa.
El atrio, al final, tiene que ser medio hexágono y en cada una de las 3 paredes, una ventana vitraux, para lograr luego, con buena iluminación, un contraluz del cristo en tamaño natural, esculpido en mármol que lo adorna.
En el ambulatorio, hay feligreses rezando, no muchos, es un día cualquiera.
Monjas que entran, curas que salen, en fin, un día cualquiera (personajes secundarios no más de 7 u.
La cámara se acerca al cristo y se detiene (música sacra).
De repente una luz fija su silueta, y un halo de luz celeste lo envuelve, la corteza de mármol se desgrana y deja al descubierto a cristo de carne y hueso.
Comienza a correr sangre por su frente, que se mezcla con el sudor y cae al piso desde su nariz en un contraluz en primer plano.
El halo sigue girando en torno a el hasta meterse por su nariz, iunmediatamente cristo tiene una reacción propia de aquellos que han aguantado la respiración por mucho tiempo, la vida se reanuda, abre sus ojos con expresión de dolor, los feligreses, ni cuenta, siguen sustraidos pidiendo por ellos sus parientes, sus amigos, mientras cristo, lucha por zafar de los clavos.
Se queja de dolor, nadie lo oye, siguen con su rezo, en una penumbra.davincesca.
Cristo hace un alto en su esfuerzo por quitarse de la cruz, esta débil, cansado, aprovecha para observar.
Riqueza, cuando hablo de pobreza, indiferencia, cuando hablo de piedad y ayuda al prójimo, suspira, reanuda su lucha, logra liberar una mano destrozandosela y quedando el clavo en la madera, vuelve a quejarse, nadie lo oye, todos indiferentes, zafa la otra mano, el dolor es intenso, la
corona de espinas duele, aun quedan los pies y una mano lo sostiene agarrado del vertical, zafa un pie, luego otro, se queja, ahora es mucho el dolor, se tira de la cruz, esta devil, cae, pero sus piernas no lo sostienen, los feligreses siguen indiferentes, algunos se levantan y se van, no sin antes persignarse frente a una cruz en la que cristo ya no está.
Detrás del pulpito, perfectamente arreglado y suntuoso, el, tirado en el piso aprovecha para tomar aliento, se incorpora, comienza a caminar, el dolor es insoportable, van quedando sus huellas de sangre en un caminar bamboleante, se apoye en todo lo que encuentr a su paso, el resto, ni enterado, se quita la corona de espinas, la tira con desprecio, camina por el pasillo central de la iglesia hacia fuera, en uno de los bancos hay un sobre todo depositado sobre el respaldo, es de un tipo que reza arrodillado con la vista en el piso, cristo lo toma, se lo pone, sigue su camino, nadie repara en el, a la salida se cruza con el párroco de la iglesia, nada, antes de traspasar la puerta y ganar la calle, hace un alto, voltea su cabeza, los mira cómo diciendo perdonalos padre, ellos no saben lo que hacen, y se va.
L.