Pecado original y aquí hay tomate, dos programas de telecinco producidos por atlas, tienen terminantemente prohibido ofrecer ningún aspecto informativo ni de ningún tipo sobre el próximo enlace entre el príncipe Felipe y la periodista Letizia Ortiz.
Diario directo, que cita fuentes de absoluta solvencia de la cadena privada, asegura que ambos programas tienen prohibición expresa de editar ningún sketch, chiste humorístico ni siquiera información sobre el enlace real. El miércoles pasado, uno de los programas tuvo que devolver una cinta comprada a una agencia sobre una boutique de souveniers del enlace.
Los responsables de estos programas creen que está censura de contenidos lesionara su cuota de audiencia, según diario directo.
Comunicado de prensa de la agencia teleobjetivo.
Expresamos nuestra preocupación y nuestra más enérgica protesta por el comportamiento de algunos agentes, responsables de la seguridad de su alteza real, el príncipe de Asturias y de su prometida doña Letizia Ortiz rocasolano, durante los hechos ocurridos el lunes día 15 de diciembre, en torno a las 18;30 horas, en el centro comercial la moraleja green, en Madrid, y que ha continuación describimos:
El reportero gráfico, Francisco ginés, colaborador habitual de nuestra agencia, se encontraba en dicho centro comercial y, al percatarse de la presencia de don Felipe y su prometida doña Letizia Ortiz, decidió, cumpliendo con su deber profesional, fotografiar a la pareja mientras paseaba por el recinto.
El reportero tomó asiento en una de las mesas del una cafetería, desde dónde pudo realizar varias fotografías con su cámara profesional, hasta el momento en que fue descubierto por uno de los escoltas del príncipe don Felipe, que le identificó pidiéndole la acreditación y solicitando ver las fotografías captadas en su cámara digital. En ese momento, Francisco ginés vio como don Felipe y doña Leticia venían, cogidos de la mano, frente a la cristalera de la cafetería, en el interior del centro comercial y levantó su cámara para realizar tres fotografías más.
Fue entonces, cuando los agentes salieron del establecimiento, para seguir haciendo su trabajo y el reportero, a su vez, salió por la puerta contraria y que da a la calle. Sin embargo, los policías lo pensaron mejor y volvieron con la orden de confiscar las fotografías. Dieron el alto al fotógrafo, que aprovechó el momento para salvar las fotografías tirando la tarjeta a unos arbustos en la calle, con la única intención de preservar su trabajo.
Los escoltas decidieron exigir al reportero la entrega de la tarjeta de memoria que contenía las imágenes digitales. El fotógrafo les señaló que no tenía la tarjeta en su poder, pues la había tirado en una papelera de la cafetería. Acompañó a los agentes hasta la cafetería y fue, al llegar a dicha papelera y comprobar que allí no se encontraba la tarjeta, cuando cambiaron los modales y comenzaron los hechos que se relatan a continuación:
El fotógrafo fue sacado por la puerta a la calle, e introducido en un cuarto frío y oscuro, aledaño al centro comercial. Sus muros de hormigón y el suelo de tierra hacían, que la situación resultara muy violenta para Paco ginés que pidió ser detenido y llevado a una comisaría o delante de un juez.
Los escoltas, de muy malas maneras, le solicitaron que se desnudará completamente, mientras proferían amenazas de todo tipo, que decían iban a cumplir, en caso de que no entregara las fotografías.
Le preguntaron que si tenía hijos, le dijeron que sabían dónde vivía y le amenazaron, repetidamente, con romperle la cámara con claras intenciones intimidatorias.
La situación se prolongó durante más de quince minutos, que para el reportero resultaron interminables.
Tras el minucioso registro, le dijeron que cogiera su ropa y se vistiera y trataron de encontrar la tarjeta por sus propios medios.
Durante todo ese tiempo, tomaron la precaución de requisar el teléfono móvil y mantenerle, aparentemente, incomunicado.
Yo, personalmente, encontré a Paco en la calle, sollozando, muy desaliñado y visiblemente nervioso.
Pasada la media noche, pudimos recuperar la tarjeta de los matorrales, una vez que comprobamos que el camino estaba Franco.
Como profesionales de los medios de comunicación y como ciudadanos, reiteramos nuestra preocupación y nuestra protesta por el comportamiento de los agentes de seguridad responsables de los hechos que en esta ocasión, han afectado a uno de nuestros compañeros y apelamos a nuestro derecho de no ser tratados como delincuentes, cada vez que intentamos hacer una fotografía del príncipe don Felipe en un lugar público. Al mismo tiempo, reclamamos nuestro derecho a informar garantizado en nuestra constitución cuyo 25 aniversario se celebra en estos días.
Consideramos que este tipo de actitudes hacía los profesionales de la comunicación, no sólo obstaculizan el derecho a la información de los ciudadanos y lesionan sus derechos fundamentales, sino que, además, no contribuyen a transmitir la imagen de normalidad, sobriedad y simpatía de la que siempre ha gozado la familia real.
Con esta denuncia, tan sólo pretendemos que este tipo de hechos no vuelvan a ocurrir y esperamos que nuestra relación con los miembros que garantizan la seguridad de sm el rey y toda su familia, cuyo trabajo comprendemos y respetamos, pueda ser, en lo sucesivo más fluida.
* Antonio montero es director de la agencia de prensa teleobjetivo.