Hola Pit, pues sí que bebo, aunque solo cuando salgo al centro a mi bar favorito, pero como marido ideal, solo me tomo una o dos copas como máximo, porque nunca me ha sentado bien el exceso de alcohol, y empecé a conducir con dieciocho años.
Eso no quiere decir que no haya asistido a bacanales o incluso una vez a una chutada de más de veinte personas en un manicomio derruido, siendo el único espectador, si bebo poco, no es por moralidad. Ya me gustaría tomarme seis cubatas y que no se me hinche y mueva lo que veo.
El caso es que, antes de que llegue a meter la pata por exceso de bebida, se me hincha el mundo y tengo que tumbarme hasta que se me pase, situación que normalmente es muy desagradable para mí cuerpo.
Hace un par de años, aprovechando que cenaban en casa unos amigos, sacamos las botellas de orujos variados que tenemos en casa y aproveché para ponerme tibio.
Y cuando nos quedamos solos yo y mi mujer, quien iba más cargada que yo y hoy en día es capaz de tomar muchas copas sin meter la pata, pasamos una peripecia hasta acertar a desnudarnos y meternos en la cama.
Con muchas risas, pero no fuimos capaces de darnos el cariño que nos reclamabamos por lo torpes que estábamos.
Sobre los chinos como ente dominante, no lo contemplo como mi ideal, no me agrada la disciplina inglesa, que es la que me pertenece, como para ir a buscarme una ama que me meta palillos entre las uñas.
La historia, cultura y filosofía chinas la valoro como de gran relevancia, leí que tres mil años antes de cristo, éllos ya tenían en su vocabulario las palabras privado y público, y que su tamaño hacía que en ciertas regiones alejadas se seguía rindiendo pleitesía a un emperador, aunque llevara años muerto, por desconocer la noticia.
Pero, vamos, no me parecen peores los chinos que los americanos, y mejoraríamos mucho si ambos abrazaran la seguridad social. Un abrazo Pit. Si pasas por Valladolid, avísame. Me encantaría coleguear contigo.