No recuerdo si lo he contado alguna vez en mi último año de bellas artes (me quedaba una asignatura) hubo una huelga en bellas artes asambleas, sentadas, performances, decano dimisión, en fin, lo de siempre, y la cosa iba a más de pronto todo se disolvió como un azúcarillo, sin que se supiera muy bien cómo en la asamblea, habían algunos tipos, estudiantes, ya sabéis, portavoces del movimiento, lo de siempre uno parecía que tenía influencia, lo de siempre la cosa se disolvió, como un azúcarillo, como siempre eso fue hacia mayo-junio en febrero del año siguiente, yo fui a examinarme de la asignatura que me quedaba en la convocatoria de febrero. (pintura)
Y estupefacto, vi que quien me examinaba era el portavoz de aquella mesa de huelguistas (*).
Lo habían hecho profesor de Bellas Artes hace un par de años, fui a unos temas del doctorado, a pedir información, y lo vi en la cafetería. Seguía de profesor.
Real como la vida misma si alguien me le y está en bellas artes de Madrid, en la complutense, y quiere tenerlo bajo control, diré que me examinó de pintura, y el tipo tiene un bigote a lo artista bohemio, fácilmente reconocible lo de siempre para desactivar a un revolucionario, hagamosle funcionario.
(*) al menos me aprobó el tipo.