Es un germen, de momento. Aunque de un número limitado en su convocatoria, supone una novedad muy singular que todas las primeras planas han tenido que cubrir.
La importancia del fenómeno sociológico, de momento está en la innovación y la búsqueda del nuevo código fuente de las relaciones sociales, sensato, decidido y valiente.
Y no somos mequetrefes, sino personas autónomas y con libre albedrío.
A mí me pilla un poco mayor para acompañarles de cerca, pero por supuesto mientras se comporten tan ejemplarmente, tienen mi apoyo.
Al despedirme de la plaza el otro día se me ocurrió despedirme de uno de éllos con quien no había hablado, con la frase: gracias.
Sin pensarlo apenas, me contesto: no, date a ti las gracias, porque tú estas aquí.
Mejor todavía -le dije- Gracias a mí.
Seguro que muchas personas con ideología de derechas estarían encantados de debatir en este nuevo agora que acaba de inventar el ingenio filosófico español. En exclusiva mundial, en tiempo real previo pago del ADSL.
De lo que dure la búsqueda no estoy seguro, pero yo lo estoy celebrando, aunque para mí el champan es secundario comparado con cosas como una ley electoral más proporcional.
¿Utopíasí. Seguramente sí, amigo sancho, pero no me ates cuando las sirenas canten.