Este problema puede deberse a varias causas, pero aquí te dejamos algunas posibles soluciones:
Revisa el uso de memoria de tu ordenador mientras realizas el renderizado. Si la memoria está agotada, el sistema puede congelarse y no permitir que se realice ninguna otra operación. En este caso, intenta cerrar todas las aplicaciones y procesos innecesarios antes de iniciar el renderizado.
Revisa la configuración de los parámetros del renderizado. Si has ajustado incorrectamente los valores de algunos parámetros, como la resolución de la imagen, la calidad de la imagen, la tasa de muestreo, etc., esto podría causar el congelamiento del sistema. Verifica que los valores sean adecuados para la escena que estás renderizando.
Comprueba si hay algún conflicto de compatibilidad entre el software de renderizado y la configuración de hardware de tu ordenador. A veces, ciertas combinaciones de software y hardware pueden causar problemas de estabilidad, por lo que deberás investigar si hay alguna actualización disponible para el software de renderizado o para los controladores de hardware.
Considera utilizar un software de renderizado diferente. Si todas las soluciones anteriores no funcionan, podrías intentar usar un software de renderizado diferente que no tenga problemas de compatibilidad con tu hardware o configuración de software.
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