La saga Delta Force ha dado un paso más en su evolución con el lanzamiento del modo campaña Black Hawk Down, un remake que revive la intensa batalla de Mogadiscio de 1993. Con gráficos impresionantes y un enfoque en la simulación militar, esta nueva versión promete acción realista, aunque no necesariamente lo que muchos esperaban.


Entre la fidelidad y la ficción

Basado en los eventos narrados por Mark Bowden y adaptados al cine en 2001, este modo campaña no sigue estrictamente la obra original de NovaLogic, sino que se inclina más por un homenaje a la película de Ridley Scott. Las escenas espectaculares y el realismo visual contrastan con una historia que, aunque impactante, no busca ser un reflejo exacto de la realidad.

Un desafío pensado para jugar en equipo

La campaña de Black Hawk Down no está diseñada para jugarse en solitario. A pesar de poder completarse sin compañía, el diseño del juego exige cooperación. Cada misión es exigente y realista, con munición limitada, enemigos bien posicionados y una dificultad que pone a prueba incluso a los jugadores más experimentados.

Cinco minutos de acción, tres horas de intensidad

Con una duración aproximada de tres horas, este modo campaña se siente más como una película interactiva que como una historia profunda. Los jugadores reviven los momentos clave de la operación, desde el inicio del conflicto hasta la desesperada carrera hacia la seguridad. Sin embargo, quienes busquen una experiencia narrativa absorbente pueden quedar algo insatisfechos.


Más cerca de un simulador que de un shooter clásico

A diferencia de los juegos de acción convencionales, Black Hawk Down no apuesta por la espectacularidad gratuita. Se apoya en mecánicas realistas que exigen planificación, comunicación y precisión. Este enfoque ha generado opiniones divididas, con algunos jugadores elogiando su autenticidad y otros criticando su dificultad.

Un juego recomendable, pero con matices

El remake de Black Hawk Down no es para todo el mundo. Su dureza, su dependencia del juego cooperativo y su exigencia táctica lo alejan de experiencias más accesibles como Call of Duty. Sin embargo, para quienes buscan un reto diferente, es una propuesta que merece la pena explorar, sobre todo si se disfruta en compañía.