Durante meses, los lectores siguieron con interés los preparativos para la boda entre Batman y Catwoman. En el papel, parecía el evento del siglo: el Caballero Oscuro y la ladrona más famosa de Gotham listos para pasar por el altar. Incluso los aliados de Bruce Wayne participaron en especiales dedicados a cómo vivían ese momento. Pero cuando llegó el gran día, la novia no apareció. Y no fue por tráfico en Gotham.
Una decisión que dejó huella
La cancelación del enlace no fue solo un giro de guion. Para muchos, fue una jugada arriesgada que afectó la confianza de los lectores. Sin embargo, al observar la historia con más calma, esa ruptura permitió explorar a Batman desde una perspectiva más humana. Por primera vez, se le vio vulnerable, emocionalmente roto y sin saber cómo actuar. Ya no era solo un justiciero con gadgets, sino alguien que había apostado por la felicidad... y había perdido.
La idea de ser feliz puede ser peligrosa
En los cómics y películas anteriores, la felicidad de Bruce Wayne siempre ha estado en tensión con su rol como Batman. Ya pasó con Andrea Beaumont en Mask of the Phantasm y con Silver St. Cloud en los cómics. Cada vez que se le presenta la posibilidad de una vida plena, algo lo arrastra de vuelta a su cruzada contra el crimen. Y aquí se repite la historia: Catwoman lo deja porque cree que Bruce no puede ser feliz y seguir siendo Batman.
El murciélago aprende... a su manera
Lejos de rendirse, Bruce redobla su compromiso con Gotham. Pero esta vez no lo hace desde el dolor, sino desde el propósito. En lugar de actuar por el recuerdo de sus padres, decide que lo hace porque quiere ayudar. El giro no solo lo fortalece como personaje, sino que abre una puerta a historias más complejas. Y cuando finalmente se reencuentra con Catwoman, su relación tiene una base más sólida.
Mejor soltero, gracias
En el mundo de los cómics, las relaciones estables son un lujo. Incluso parejas históricas como Barry Allen e Iris West tienen compromisos eternos sin boda. Batman, con su imagen de solitario empedernido, nunca iba a tener una vida conyugal tranquila. Si se hubiera casado con Selina, los guionistas habrían encontrado alguna excusa para separarlos en tiempo récord. Y, siendo sinceros, más vale una ruptura controlada que una trama extraña con amnesia, clones o viajes en el tiempo.
Una despedida sin dramas exagerados
Lo que al principio pareció una decepción terminó dando una nueva dimensión al personaje. Batman sigue siendo Batman, pero con una evolución emocional. Y aunque no haya boda en la continuidad principal, siempre quedarán otras tierras del multiverso donde Bruce y Selina pueden intentarlo... otra vez.
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