Durante las guerras napoleónicas (1796-1815), la adinerada familia de banqueros rothschild apoyó por igual a Bonaparte y a Wellington, pero la jugada maestra la hicieron tras la batalla de waterlo (15-18 de junio 1815).
Concretamente uno de sus miembros, Nathan mayer rothschild (1777-1836) fue espectador privilegiado de la batalla. Inmediatamente después de ser derrotado Napoleón, parece ser que. Nathan utilizó un complejo sistema de palomas mensajeras que cubrió en pocas horas los 362 km, de distancia que separan waterlo-Londres.
Por ello, los rothschild fueron los primeros londinenses en conocer la decisiva noticia que marcaría el inicio de la nueva Europa, rápidamente, sacaron partido de ello, pues vendieron compulsivamente sus bonos del estado británico a cualquier precio haciendo creer a todo el mundo que Inglaterra había perdido la guerra.
El resultado fue el hundimiento de la bolsa de valores londinense (London stok exchange). Sin embargo, y antes de que se descubriera la verdad, los rothschild compraron de nuevo en secreto una cantidad masiva de esos mismos bonos del estado a precios irrisorios. Al llegar la noticia de la victoria de Wellington, los precios se dispararon y los rothschild obtuvieron un beneficio tras las nuevas ventas de £1.000.000 en un sólo día.
A partir de este punto de inflexión, sus negocios no hicieron más que incrementar sus ganancias hasta quedar sin rivales en Europa. Zarpando desde Bélgica, comenzaría para ellos un nuevo desafío, la conquista de América.
Volvamos al presente: el gobierno ya ha elegido a la entidad que se encargara de dirigir la mayor privatización de la historia. El ejecutivo ha designado a rothschild como banco asesor de la enajenación de loterías y apuestas del estado (lae), que puede ascender a entre 7.000 y 10.000 millones de euros.
rothschild dirigira la mayor privatización de la historia.